Page 15 - Escritos sobre ocultismo y masonería
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mayor autoridad masónica de hoy interpreta la Palabra Perdida de un modo
nítidamente no judaico: Verbum Christus est, dice.
Lo que acaba de decirse de la masonería, con mayor razón se puede
decir de los Rosacruces, que, mezclados en la antecámara de su vida
emblemática, bien puede ser que la hubiesen fundado, o contribuido para su
fundación, como sistema especulativo. La Gran Fraternidad es cristiana en
su nombre, cristiana en sus dos Magnos Símbolos, cristiana y católica
(aunque no romana) en su dedicaciones. Los Rosa-Cruces eran, es cierto,
cabalistas, como eran, en dos sentidos, alquimistas; pero cabalistas
cristianos, como eran (sobre todo) alquimistas espirituales. Como varios
otros, se aprovecharon de la Cábala y le dieron un sentido y un complemento
cristianos, por eso con más razón se podrían quejar los judíos de que los
Hermanos se habían servido de la Cábala para fines antijudaicos, y no los
cristianos de que ellos [los judíos] habían introducido la Cábala en la
sustancia del cristianismo, donde, además, desde el Cuarto Evangelio, ya
toda el alma de ella existía. Se añade, en cuanto a la Rosacruz, que los
grandes expositores de ella, desde antes de su aparición hasta nuestros días,
han sido declaradamente místicos cristianos, y, además, que el voto de
castidad absoluta, al que (por motivos que nada tienen de virtuosos) la
Fraternidad obligaba al candidato, es la cosa menos judaica, a pesar de
«cabalística», que se puede concebir.