Page 19 - Escritos sobre ocultismo y masonería
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de los primitivos cristianos, que se reunían en secreto, para alabar a Dios, en
lo que hoy se llamarían Logias o Capítulos, y que para distinguirse de los
profanos, tenían fórmulas de reconocimiento: golpes o palabras de pase o lo
que quiera que fuere. Por ese motivo los romanos los llamaban ateos,
enemigos de la sociedad y enemigos del Imperio: precisamente los mismos
términos con los cuales hoy los masones son llamados por los secuaces de la
Iglesia romana, hija, tal vez ilegítima, de aquella masonería remota.
Hecho así mi pequeño obsequio de media luz, entro directamente en lo
que verdaderamente interesa: las consecuencias que advendrían, para el país,
de la aprobación del proyecto de ley del Sr. José Cabral. Trataré primero las
consecuencias internas.
La primera consecuencia sería esta: ninguna. Si el Sr. José Cabral
considera que él o la Asamblea Nacional o el Gobierno o quien quiera que
fuere, puede extinguir el Gran Oriente Lusitano, permanezca desde ahora
desengañado. Las Órdenes Iniciáticas están defendidas, ab origine symboli,
por condiciones y fuerzas muy especiales que las vuelven indestructibles
desde afuera. No me propongo explicar lo que sean esas fuerzas y
condiciones: basta que indique su existencia.
Por lo demás, tienen los Sres. diputados la prueba práctica en lo que ha
sucedido en otros países, donde se ha pretendido suprimir las Obediencias
masónicas. Dejando aparte a Rusia —donde ni yo ni los Sres. diputados
saben lo que verdaderamente pasa, y donde, además, casi no había
Masonería—, podremos considerar los casos de Italia, de España y de
Alemania.
Mussolini accionó contra la Masonería, esto es, contra el Gran Oriente
de Italia más o menos en los términos paganos del proyecto del Sr. José
Cabral. No sé si persiguió mucha gente, ni me importa saber. Lo que sé, a
ciencia cierta, es que el Gran Oriente de Italia es uno de aquellos muertos
que continúan con perfecta salud. Se mantiene, se concentra, se ha depurado,
y allá está a la espera; si tiene qué esperar es otro asunto. El pico del Duce
puede destruir el edificio del comunismo italiano; no tiene fuerza para abatir
columnas simbólicas, cimentadas de un metal que procede de la Alquimia.
Primo de Rivera actuó más blandamente, de acuerdo a su índole
hidalga, contra la Masonería Española. También sé con seguridad cuál fue el
resultado: el gran desarrollo, tanto numérico como político, de la Masonería
en España. No sé si algunos fenómenos secundarios, como, por ejemplo, la
caída de la Monarquía, tendrían alguna relación con ese hecho.