Page 76 - Cartas a Jóvenes Enamorados (1987)
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                    Has fracasado marcadamente en casi todo aspecto. Ahora, en el
               resto de tu vida, busca recuperar lo que has perdido. Que el libro
               del cielo pueda proporcionar un registro diferente de tu conducta.
               Dios te bendiga.


                                                                          Ellen G. White
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               Carta 4
               Septiembre de 1880

               Apreciado Guillermo,
                    Me sentí complacida al recibir tu carta y al leer tu sugerencia de
               permanecer donde estás hasta que te hayas rehabilitado o deshecho
               la influencia errónea que ejerciste. Me siento feliz de que lo sientas
               así. Tú sabes que te escribí muy definida y claramente en cuanto a

               las cosas que se me mostraron; y la preocupación que tengo por tu
               salvación me movió a presentar tu caso tal cual me fue mostrado,
               como de gran peligro. Será difícil que lo veas así, pero en un sueño
               que tuve anoche le estabas diciendo a tu madre, “si las cosas son
               realmente así, de nada vale que me esfuerce porque voy a fracasar”.
                    Te dije, Guillermo, que cuando trates con toda perseverancia y

               determinación de volver sobre tus pasos y recuperarte de la trampa
               de Satanás, te libertarás de tu servidumbre y serás un hombre libre.
               Requerirá mucha fuerza de voluntad en la fortaleza de Jesús, que-
               brantar el poder del hábito y despedir al adversario de las almas al
               cual has atendido por tanto tiempo. Cambia de invitado y extiéndela

               la bienvenida a Jesús para que tome posesión del templo de tu alma.
               El no comparte el corazón con Satanás. Aun ahora, en este momento,
               puedes hacer un esfuerzo decidido, no en tu fortaleza sino en la de
               Jesús.
                    Quebranta tu corazón delante de Dios y confiesa y abandona las
               cosas que te han separado de Cristo. La obra de arrepentimiento

               debe comenzar con tuma dre. Nunca vendrás a la luz a menos que
               hagas esto. No dejes de hacer ninguna de las cosas que debes hacer
               para corregir los errores, porque has llegado a un momento decisivo.
                    Tendrás que soportar la prueba, porque serás probado por Dios.
               Si sales purificado como oro, Dios podrá usarte. No seas infiel sino

               creyente. Tu tribulación no será al presente gozosa, sino más bien
               penosa, pero producirá fruto apacible de justicia. “Porque el Señor
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