Page 71 - Cartas a Jóvenes Enamorados (1987)
P. 71

Responsabilidad sexual de los jóvenes cristianos            67


               una emergencia; que no haya un acto voluntario que coloque el alma
               donde será asaltada por la tentación; ni se dé la menor ocasión para
               que otros piensen de uno como culpable de indiscreción.          5.
                    Mientras dure la vida es preciso resguardar los afectos y las
               pasiones con un propósito firme. Hay corrupción interna; hay tenta-
               ciones externas; y siempre que deba avanzar la obra de Dios, Satanás

               hará planes para disponer las circunstancias de modo que la tenta-
               ción sobrevenga con poder aplastante sobre el alma. No podemos
               estar seguros ni un momento a menos que dependamos de Dios y
               nuestra vida esté oculta con Cristo en Dios.      6.                            [65]


                           Guillermo estaba totalmente hechizado por Caro-

                      lina. En esta serie de cartas podemos ver el esfuerzo
                      continuo de Elena G. de White para ayudarlo. Carolina
                      había estimulado una amistad que casi había absorbido
                      totalmente la atención de ambos. Había ido mucho más
                      allá de los límites de lo que es correcto y honorable,
                      al punto que estaban profundamente involucrados en
                      prácticas que, como lo dice Elena G. de White, deben

                      reservarse para el matrimonio. Una relación tal ame-
                      nazaba la utilidad futura tanto de Guillermo como de
                      Carolina. Elena G. de White los insta o a separarse o a
                      casarse, a fin de no arruinar la reputación de ellos y su
                      testimonio como cristianos.
                                                                                               [66]

               Carta 1
               Ballardvale, Mass.
               Agosto, 1879
               Apreciado Guillermo,
                    Entré a mi tienda con el corazón adolorido, con el propósito
               de aliviar mi mente escribiéndote acerca de algunas cosas que me
               fueron mostradas en visión.

                    El Señor te ha mostrado que tu relación con Carolina no ha
               sido en ninguna manera calculada para ayudarte moralmente o
               para fortalecer tu vida espiritual. Hiciste algunos débiles intentos
               de separarte de ella, pero pronto renovaste tus atenciones hacia ella,

               respondiendo a sus incitaciones e infatuándote con ella.
   66   67   68   69   70   71   72   73   74   75   76