Page 211 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
P. 211
AGAMENÓN
no me avergonzaré de decirles de qué manera amo
a mi esposo: con el paso del tiempo decae
la timidez del hombre. No por otros,
sino por mi experiencia misma, diré los pesares de mi vida,
cuando aquél ciertamente estaba al pie de Ilio. 860
Por principio, que una esposa de su hombre apartada
permanezca solitaria en su casa es un terrible mal,
pues escucha rumores hostiles:
apenas llega uno cuando otro agrega un mal
mayor a otro penar, dando gritos desgraciados a su casa. 865
Si tal cantidad de heridas hubiera tenido
mi marido, tantas como en la casa se deslizaba
el rumor, se diría que más perforado que una red estaría.
Y si hubiera perecido, igual que se propagan los embustes,
de tres cuerpos sería un segundo Gerión 870
que, abundante por encima pues no hablo de la de abajo,
podría ufanarse de recibir triple manto de tierra,
luego de morir cada una de sus formas.
A causa de estos rumores hostiles,
muchos nudos arriba, en mi cuello, 875
que con fuerza me apretaban, desataron otros.
Por estas razones nuestro hijo aquí no está presente,
señor de mi lealtad y de la tuya,
tal como debe de ser: Orestes. Que esto no te extrañe,
pues lo está criando un aliado huésped de armas, 880
Estrofio, el foceo, que de pesares de cariz doble
me había hablado, que asentado tú en Ilio
corrías peligro, y si por pronunciamiento del pueblo, la anarquía
derribara al Consejo, tal como es connatural
37
25/07/22 14:45
ORISTEADA_0722_v3.indb 37
ORISTEADA_0722_v3.indb 37 25/07/22 14:45