Page 219 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
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AGAMENÓN
Clitemnestra
Déjate persuadir: en verdad tu poder no cede, haciéndome caso.
Agamenón
En fin, si a ti te parece bien esto, que alguien mi calzado,
esclavo que mis pies conduce, desate presto. 945
¡Y que para mí, al caminar sobre telas púrpura, de los dioses
la envidia de sus miradas de lejos no me alcance!
En efecto, siento mucha vergüenza por arruinar el palacio,
[con los pies
agraviando la riqueza y los tejidos conseguidos con plata.
¡Que esto sea así! A esta extranjera con benevolencia 950
aquí dale acogida: la deidad gentilmente
mira a quien ejerce su poder con indulgencia,
pues nadie de buen grado se unce el yugo de la esclavitud.
Y ella, elegida entre muchos tesoros,
es una flor, regalo de mi ejército, que viene conmigo. 955
Pues bien, como me veo obligado a hacer esto,
hacia estancias del palacio iré pisando la púrpura.
(Agamenón baja del carro, se dirige al palacio caminado sobre la
alfombra púrpura.)
Clitemnestra
Existe el mar —¿quién podría secarlo?—,
que amamanta la copiosa púrpura, valiosa como la plata,
que tiñe de continuo los vestidos coloridos. 960
Y la casa posee de esto con ayuda de los dioses
en abundancia, y penurias no conoce el palacio.
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