Page 361 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
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LAS COÉFORAS
Clitemnestra
¡Ay de mí! ¡Lo que dices cómo nos destruye por completo!
¡Oh imbatible Ara de esta casa,
cuán profusa es tu mirada que llega hasta lo puesto a buen
[recaudo,
con tus dardos infalibles desde lejos sometes
y despojas de los amigos, a mí absolutamente desdichada! 695
Y ahora Orestes —que con buen juicio estaba
fuera, cuidando sus pies del fango destructor—
ahora pues, la esperanza que había en la casa como médico
del feliz delirio, ¿consignas que nos ha abandonado?
Orestes
En verdad que yo ante unos huéspedes tan augustos 700
a propósito de afables buenos asuntos hubiera deseado
llegar a ser conocido y haber recibido hospedaje; pues, ¿qué
mejor voluntad hay para un huésped que ser hospedado?
Pero en mi pecho era una impiedad
que tal encargo no concluyera para mis amigos, 705
porque se los prometí, luego de ser acogido como huésped.
Clitemnestra
En verdad que tú no obtendrás mucho menor estimación,
ni amigo más inferior puedes ser para esta casa.
Otro hubiera traído estas noticias.
Mas ahora es propicio que los huéspedes, viajeros de toda
[la jornada 710
a través de un largo camino, tengan ocasión de ser atendidos.
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