Page 407 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides

LAS EUMÉNIDES

desde que capitaneó a las Bacantes este dios 25
y concibió la muerte de Penteo como una liebre.
A las fuentes de Plisto y al poder de Poseidón
aclamo, también al que pone fin, al altísimo Zeus,
luego, como adivina, en el trono tomo lugar.
¡Que me sea favorable ahora, más que en mis anteriores
[entradas, 30
dispensar lo mejor! Y si aquí hay algunos griegos,
que entren por el turno que les tocó en suerte, como es
[costumbre,
pues yo profetizo conforme me va orientando el dios.

(La Pitia entra al templo y al punto sale horrorizada.)

¡Qué cosa terrible de contar y terrible de mirar para los ojos
me ha echado del templo de Loxias! 35
¡A tal grado que, sin tener fuerzas y sin poder mantenerme
[en pie,
corro con las manos, no con la rapidez de mis piernas,
pues una aterrada anciana nada puede, es como una niña!
Yo me dirigía hacia la muy coronada gruta
y vi sobre el ombligo a un hombre, odioso a los dioses, 40
sentado ahí como suplicante. Sangre
sus manos gotean y recién sacada de la herida una espada
tiene, y de olivo una rama eleva,
con largas cintas prudentemente coronada,
con un vellón de intenso resplandor: así de claro lo digo. 45
Frente a este hombre, una perturbadora comparsa
de mujeres está durmiendo, en los sitiales sentada.

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