Page 12 - DERECHO INDÍGENA Y DERECHOS HUMANOS EN AMÉRICA LATINA (1988)
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El “descubrimiento” de América planteó un serio problema jurídico a los
                  españoles. De él se ocuparon los reyes, los clérigos, los filósofos y los juristas.
                  Aunque la “legitimidad” de la conquista la derivaban los Reyes Católicos de las
                  bulas papales de Alejandro VI y del  Tratado de Tordesillas de 1994, durante
                  muchos años los tratadistas siguieron  polemizando con pasión y vehemencia
                  acerca de los “títulos” que supuestamente daban derecho a la Corona española
                  sobre las tierras y las poblaciones de América.

                         Desde el inicio se fueron perfilando dos grandes corrientes de opinión al
                  respecto. La primera posición, representada por trataditas tales como Gregorio
                  López, miembro del Consejo de Indias, y Solórzano Pereira, autor de la célebre
                  obra Política Indiana, afirmaba el derecho de conquista por ser los indios

                         ...bárbaros, pecadores, infieles y viciosos... Todos los infieles, sin distinción
                         alguna, quedaban catalogados como posibles súbditos del mundo cristiano,
                         comprendidos bajo la jurisdicción del papado, que podría en un momento anular la
                         organización y el régimen jurídico de los gentiles. Sarracenos e indios debían
                         merecer igual trato de los cristianos.

                         La segunda posición representada por pensadores de la talla de Bartolomé
                  de la Casas y Francisco de Vitoria negaba el poder temporal del papado sobre los
                  infieles, tampoco aceptaba la supuesta jurisdicción universal del emperador, y
                  distinguía varia clases de infieles,  separando a los sarracenos, enemigos e
                  invasores de tierras cristianas, de los  indios de América, que no dañaban no
                  poseían tierras antes pertenecientes  a imperios cristianos. Sostenía que el
                  derecho natural amparaba las personas y los bienes de los gentiles y que la sola
                  infidelidad, no era causa suficiente para el despojo. Francisco de Vitoria afirmaba:
                  “los indios aunque infieles antes de la  llegada de los españoles eran legítimos
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                  señores de sus cosas pública y privadamente” .

                         La Corona, desde luego, resolvía estas cuestiones pragmáticamente según
                  más convenía a sus intereses, y tomaba de unos y otros de esto tratadistas según
                  sus conveniencias. Vitoria adujo como título legitimizador de la conquista el de la
                  barbarie de los indios, o sea, que por no saber éstos gobernarse por sí mismos,
                  podían, y les convenía, ser sujetos por los españoles, Gines de Sepúlveda, el
                  celebre polemizador contrincante de las Casas,

                         ... basándose en Aristóteles declaró que los indios  eran bárbaros, amantes y
                         siervos por natura, los creía necesariamente ligados a los hombres de razón
                         superior, como eran los europeos, relación que beneficiaba a ambos, por que la
                         misma naturaleza, los  unos debían gobernar y los otros, faltos de capacidad
                         propia, sujetarse, si los indios resistían podían ser dominados por guerra.

                         Según Solórzano Pereira, las soluciones que los diversos autores
                  propusieron para l tema indiano fueron:


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                    Zavala (1971), Cáp. 1.



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