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desconozco os habéis disfrazado. Por favor, decidme la verdad. ¿Quiénes sois y qué
queréis de mí?
Krishna dijo:
—Jarasandha, estás en lo cierto al suponer eso. Estamos aquí como enemigos tuyos.
Entramos en tu casa saltando por encima del muro porque hemos venido a desafiarte.
No aceptamos tu hospitalidad ya que no estamos en disposición amistosa hacia ti. Los
kshatryas son famosos por sus proezas, y no por sus dulces palabras. Hemos venido con
la intención de luchar contra ti.
Jarasandha estaba intrigado y dijo:
— Ni siquiera os conozco, ¿cómo podéis decir que sois mis enemigos? Yo tengo
muchos enemigos, eso es cierto, pero les conozco a todos. Si vosotros sois enemigos míos,
sed tan amables de comunicarme el motivo de vuestra enemistad y quiénes sois.
Krishna dijo:
—El motivo de nuestra enemistad, es tu forma tan injusta de hacer prisioneros a
los reyes para sacrificarlos a Rudra, no podemos tolerar tu crueldad. Estamos aquí
para restablecer los derechos de estos reyes indefensos. ¿Cómo esperas alcanzar el cielo
asesinando a tu prójimo? ¿Cómo puedes complacer al señor del Dharma cometiendo
acciones tan pecaminosas como aniquilar a tus compañeros kshatryas? En cuanto a
tu ignorancia sobre nuestra identidad, pronto quedará esclarecida. No pretendemos
ocultarte nuestra identidad. Este es Arjuna, el tercer pandava. Este es Bhima, el hermano
que le sigue a Yudhishthira y yo soy Krishna, tu antiguo rival. Hemos venido a desafiarte
en combate singular. Puedes elegir a cualquiera de nosotros tres para luchar.
Jarasandha se rió a carcajadas durante largo tiempo y mirando a los ojos de Krishna
con jactancia le dijo:
—Así que tú, que has huido de mí dieciocho veces y que ahora te escondes detrás
de la colina Raivataka tienes ahora el coraje de desafiarme en mi propia casa. Me causa
risa tan sólo el pensar que te hayas atrevido a presentarte delante de mí. Hablas como
las nubes de otoño que truenan sin soltar ni una gota de lluvia. Recuerda que yo no soy
Kamsa, a quien mataste de forma tan traicionera. Yo soy Jarasandha, el agraciado de
los dioses. No temo a nadie. Si has venido aquí deseando luchar, con toda certeza voy
a complacerte. Pero no lucharé contra ti, Krishna, tú eres un cobarde. Está por debajo
de mi dignidad el luchar con un inferior. En cuanto a Arjuna, todavía es un niño. No es
correcto combatir con alguien que es más débil. Sin embargo, este joven llamado Bhima,
parece tener buena talla. Parece ser merecedor de combatir conmigo. Lucharé contra él.
Jarasandha estaba seguro de su victoria, pero debido a que los malos augurios
aseguraban desgracias, realizó antes la coronación de su hijo Shadeva, y luego comenzó
a luchar con Bhima.