Page 182 - Egipto Tomo 1
P. 182
168 MEMPHIS. LAS PIRAMIDES
La verdad es que no obstante los muros, este trecho del camino suele estar cubierto de
arena. Vimos á nuestra izquierda una posada, abandonada en la actualidad. Aquí el camino
describe una curva muy prolongada, que recorrieron los caballos rápidamente, encontrán-
donos al cabo de ella en medio de la meseta en que se hallan las pirámides más elevadas.
Detuvímonos ante la mayor de estas obras humanas que calificaba la antigüedad de
«maravillas del mundo.» No tenemos por que perder tiempo en describir su forma: no
hay quien desconozca la figura geométrica que de ellas lleva el nombre, no siendo tampoco
la presente ocasión oportuna para expresar en cifras su volumen, ya que sólo comparándolas
con otros monumentos conocidos es posible formarse idea de su inmensa grandeza. Digamos
AL PIÉ DE LA PIRÁMIDE DE CHEOPS
pues una vez para siempre, que con ser de 131 metros la altura de San Pedro de Roma,
la excede en 16 la de la gran pirámide, que lleva el nombre de Cheops, pues, restablecida
su cúspide, mide 147; de manera que á estar hueca dicha pirámide, podría contener debajo
la grandiosa cúpula de la basílica romana, de la propia manera que una campana de
cristal contiene debajo un reloj de sobremesa. Ni la iglesia de San Esteban de Vien a-, ni
la torre del reloj de Estrasburgo alcanzan la altura de dicha pirámide; pero la sobrepuja
la mayor de las gallardas torres de la catedral de Colonia. Esto en cuanto á sus dimensiones,
pues en lo tocante al peso y volumen de los materiales empleados, puede bien asegurarse
que no existe construcción en el mundo que ni remotamente pueda compararse con la
gran pirámide. Si fuese posible desmontar el sepulcro de Cheops, con las piedras que lo