Page 248 - Egipto Tomo 1
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EL CAIRO                    235
              ya  el adorno de su ancha copa.  El lebbak (Alhjzia Lebbek)  trasportado de las Indias
              Orientales en tiempo de Mohamed Alí, constituye hoy uno de los árboles característicos del
              país, y su reproducción por medio de estaca, — que no puede practicarse con otras especies,
              como no sea valiéndose de retoños muy tiernos, ó de ramas muy jóvenes, — da los mejores
              resultados áun cuando se trate de troncos de grandes dimensiones, ó de ramas desgajadas
              del tronco, según nos manifiesta el botánico Schweinfurth.
                Muchos de los jardines que hemos visto durante nuestro paseo son más bellos, más
              agradables,  y están más bien cultivados que aquel delante del cual nos apeamos, y sin
              embargo ninguno goza tanta celebridad. ¿De qué proviene? ¿En qué consiste? Es este el
              lugar á que antes nos hemos referido;  el sitio, en que se encuentran uña fuente, una piedra



















                                 CARRERA DE DROMEDARIOS CERCA DE ABBASIJEH
              y un árbol: pues bien, dicho árbol al cual protege una cerca, es el sicomoro debajo cuyas
              ramas, según la tradición, descansó la Virgen con  el niño Jesús, en su huida á Egipto.
              El jetife Ismail durante su permanencia en París, en 1867, regalóselo galantemente á la
              emperatriz Eugenia. Es un árbol que con ser añoso y robusto, sólo debe considerarse como
             el sucesor de otro más viejo que habia muerto ya en 16/2, en  el cual A ausleb visitaba el
             Egipto, y, según consigna este viajero, cuya veracidad es indudable, los monjes del Cairo le
             refirieron que el árbol de María habia muerto de vejez en 1656, poniéndole en comprobación
             de ello, de manifiesto los restos del mismo, que respetuosamente conservaban como reliquias
             preciosísimas. Añade, sin embargo, que los jardineros  le indicaron un tronco que asegu-
             raban ser resto del antiguo sicomoro. — Según parece, el árbol actual fué plantado en el sitio
             mismo en que  creciera  el antiguo, viéndose su tronco  raido,  descortezado y  lleno  de
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