Page 243 - Egipto Tomo 1
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imprenta nacional y el puerto, y penetrando nuevamente en la ciudad propiamente dicha,
nos encontraremos en los patios de la mezquita de El Azhar, que sirve de Universidad,
de la cual tendremos ocasión de hablar más adelante con el debido detenimiento, la cual
cuenta mavor número de escolares que la más concurrida de las escuelas europeas. Fijé-
monos ahora, siquiera sea de pasada, en los sabios que con una frugalidad sin par, aspiran
únicamente á alimentar su espíritu con el manjar de la ciencia, y preguntémonos si en
todos los dias de nuestra vida hemos visto un investigador tan absorto en su trabajo, como
el anciano musulmán que caladas las antiparras , é identificado con el libro que tiene ante los
ojos, se devana los sesos para sacarle el sentido á un enrevesado pasaje del Coran.
Sí, esta ciudad sorprendente es un conjunto de contrastes: el fondo del cuadro conserva
aún su color oriental ; mas las figuras de oriente van cediendo poco á poco el paso á las
figuras occidentales , y quien quiera conocer la vida de estas regiones tomando el Cairo por
centro de sus estudios, es indispensable que se apresure, pues dentro de breves años
será tarde.
Síganos pues el lector: ni el tiempo ni el espacio serán óbice para nuestras especulaciones:
ante nuestro paso así se abrirán las puertas de los palacios, de las mezquitas y de las
escuelas, como las de las moradas más humildes y de los aposentos más reservados: nuestro
propósito es estudiar la vida del habitante del Cairo, de noble estirpe, ó de baja condición,
desde la cuna al sepulcro. Penetraremos pues en sus casas, nos asociaremos á ellos, y
tomaremos parte en sus tareas y en sus diversiones ; y cuando consideremos que amigos
más afortunados puedan ser mejor recibidos que nosotros mismos, nos despojaremos del
papel de guias y nos convertiremos en meros acompañantes.
Mas para llegar á semejante resultado, es decir, para pintar el Cairo tal cual es, es
indispensable pintarlo antes tal cual fue.
Memphis, la antigua capital del Egipto inferior, merece á justo título el nombre de
madre del Cairo. Hallábase situada, según dejamos dicho, al oeste del Nilo, en tanto que
las faldas del Mokatam, entre deliciosos jardines
la ciudad moderna se levanta entre el rio y
v la árida arena del desierto. La montaña de piedra calcárea que corona su ciudadela,
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sírvele como de punto de apoyo, en tanto que el Xilo, cuyas aguas se deslizan á lo laigo
de las cercas de los jardines v de los desembarcaderos del barrio occidental, le peimiten
sostener un comercio activo con lejanas regiones, á las cuales lie''. a el testimonio de su
vida y de su producción.
desprovista
La sierra que detrás de la ciudad se levanta hállase completamente desnuda y
de toda vegetación. Refiere una leyenda antiquísima que el Señor, antes de pi e^entame
á Moisés en la cumbre del Sinaí, manifestó á todas las montañas que tenia resuelto
descender á una de ellas para hablar á su elegido, con lo cual todas se encumbraron y
crecieron á fin de parecer más dignas de la elección del Señor, y que únicamente Sion, la que
sirve de base á la ciudad de Jerusalen, encogióse y se achicó por considerarse indigna
de ser la preferida; por cuyo motivo, queriendo Dios premiar tanta humddad y modestia,