Page 242 - Egipto Tomo 1
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EL CAIRO 229
adelante sin detenernos, v nos encontramos de manos á boca en medio de un frondoso
paseo de lebaks, á cuya sombra protectora nos acogemos, para salir al cabo de breve espacio
á una calleja estrecha, abigarrada, y sin embargo llena de animación, encontrándonos al
término de ella con la corriente del Xilo, cuyas aguas distinguimos á lo lejos, y con un
bosque de mástiles que se alzan delante de nuestros ojos: es el puerto de Bulaq. En él, junto
á un vapor ricamente dispuesto, vese anclada una pesada chalana de la Xubia, con su vela
latina hecha girones, idéntica por su forma á los buques que vemos pintados en los cuadros
de la época de los faraones, que servían para conducir á Egipto los tributos del Sudan.
DOCTOR ENSIMISMADO EN EL CORAN
A corta distancia del puerto hállase establecido un soberbio museo, en el cual están
clasificados según los procedimientos más perfectos de la ciencia occidental, los monumentos
de las edades más remotas, con la circunstancia de que entre los millares de egipcios que
pasan delante de él, del un cabo de dia al otro, apenas si encontrareis uno de cada cien, que
sea capaz de deciros la época á que pertenecen, ó de indicaros &i Faraón, que con
semejante nombre resume toda la historia de su país antes de Jebueii&to, \i\io hace
trescientos ó tres mil años. Y con todo, en ocasiones se encuentra en medio de tanta
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ignorancia quien se halla aquejado por el afan de saber. En el inmenso edificio de Bulaq,
imprímense cuidadosamente por manos egipcias, y por medio de piensas eui opeas, hojas
v pliegos que son reproducción de eruditos escritos árabes. Dejando á la espalda la
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