Page 377 - Egipto Tomo 1
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las fecundas parras de las cuales pendian racimos blancos y rojos, las higueras, los almendros,
coriandros, melones, pepinos é innumerable variedad de legumbres y hortalizas, entre los
cuales debe hacerse mención del sabroso espárrago de Egipto . famoso ya en los tiempos más
antiguos. Según otro escritor los jardines del califa, además de las plantas raras que se
encuentran en nuestros jardines, tenían palmeras, cuyo tronco hallábase revestido de planchas
de metal dorado, y debajo de las cuales se ocultaban ciertos tubos por los cuales salían aguas
cristalinas que parecían brotar del árbol. Con las flores que crecían en los acirates, cuidado-
samente dispuestas y recortadas se trazaban adornos é inscripciones, y en los cenadores ó
glorietas, dispuestos para tomar el
fresco, acariciaba el oido el rumor de
pequeños surtidores y el trinar de pin-
tados pajarillos que anidaban en los
canastillos pendientes de la techum-
bre, en tanto que cruzaban las avenidas
pavos reales y otras aves de hermoso
plumaje. Muchas de las plantas que
hoy poseemos proceden de Oriente, ha-
biendo llegado á nosotros, mejoradas,
por el intermedio de los árabes : en
suma, el mundo legendario de este
pueblo seria inconcebible sin la exis-
tencia de los jardines, ya que sólo en
ellos puede contemplar el cielo, descu-
bierta la faz, el rostro bellísimo de las
hermosas, que son preciado ornamento
del harem: razón por la cual su interior
está fuera del alcance de las miradas
del transeúnte, que podría entablar por
medio de ellas amores secretos.
Hasta los mismos templos, por más que en su interior ofrecieran tesoros de magnificencia,
en su exterior eran pobres y hasta humildes, debiendo fijarnos exclusivamente en la puerta
principal, en los frisos, en los alminares y en los bellísimos adornos que revisten la cúpula,
si queremos formarnos idea de la habilidad que distinguía á los arquitectos y escultoi’es, que
durante la época dejos fatimitas habian conseguido emplear en las paredes de las mezquitas
y de los palacios los complicados arabescos y las gallardas inscripciones que durante mucho
tiempo aplicaron á los tejidos, sacando de ellos, para las superficies planas , un sistema
de decoración que al par hablaba á la imaginación y al sentimiento artístico, á la reflexión
v al deseo de instruirse.
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Escasos son los restos que se conservan de los edificios construidos en dicha época,
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