Page 373 - Egipto Tomo 1
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EL CAIEO 289
Dicho se está que no habian de serles desconocidos los narcóticos, y á más del opio que
se elaboraba en Siut, en cuyos campos, según dejamos indicado, crecían abundantes las
adormideras ( jaxjax 1 hacian uso tan frecuente del hasduich que el sultán Bibars se
creyó obligado á dictar repetidos edictos prohibiéndolo. A los árabes se debe el descubri-
miento del alcohol, si bien es verdad que en tiempo de los califas se fabricaba áun la
y
cerveza, que como sabemos era una de las bebidas fermentadas de que más consumo se hacia
en el antiguo Egipto, los musulmanes, no obstante las prescripciones del Coran diéronle la
preferencia al zumo de la cepa, del cual sólo se abstenian los sinceros creyentes. Musulmanes
hubo, y no pocos, especialmente de los de los primeros tiempos, que negaron que el Profeta
hubiese prohibido el uso del vino, y á juzgar por los muchos cantares báquicos que de sus
poetas más eximios hasta nosotros han llegado, hemos de deducir que eran fervientes
adoradores y admiradores entusiastas del jugo de la vid. En testimonio de lo que acabamos
de consignar admiremos algunos textos. En un antiguo manuscrito de Tha’abili, se lee:
«El Profeta, la bendición del Señor sea siempre con él, ha dicho que el vino puede beberse
»y que podemos beberlo para fortalecernos después de la comida y antes de ponernos en
» camino, y para quitarnos de encima el peso de las amarguras y de los cuidados.» En otra
parte se dice: «Sólo un alma villana puede prohibir el vino: quien tenga nobles sentimientos
«ha por fuerza de consentir su bebida: el generoso y el magnánimo lo alaban: el avaro y
»el ladrón son los únicos capaces de vituperarlo: mas no os entreguéis á la embria-
»guez que deshonra y envilece.» Al vino se le da el nombre de «alquimia del regocijo»
y «don el más grato con que el mundo se regocija.» — «El mundo es una querida, y el
»vino la dulce humedad de su preciosa boca 3 .» Lno de los más inspirados poetas árabes
escribió
Deja al tiempo que discurra — ya tardío, ya veloz
Y tus pesares ahoga — de la cepa en el licor.
Mas si tres veces bebiste — guarda bien tu corazón;
No te escape la alegría— y reste sólo el dolor.
Es el vino panacea — de toda humana aflicción;
Sigue, pues, este consejo, — que te fio es el mejor.
Deja al tiempo que allá corra, — en su varia mutación;
Si es propicio, bebe fuerte; — y mucho más si es peor 4 .
Burlándose de los preceptos religiosos que ordenan á los creyentes la oración de la
mañana el poeta Al-Motadid finge otro precepto que prescribe á los fieles beber á la misma
hora, expresándose en los siguientes términos:
El nombre catalan de la adormidera cascall recuerda perfectamente el árabe. — V.
'
Xarcótico que se prepara con el zumo de las hojas del cáñamo. — V.
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3
En alsrunas tabernas de Andalucía se leen rótulos muy característicos, tales como los siguientes que en este momento recordamos:
«Quita pesares. — Saca-penas. — Establecimiento de buenas costumbres.» — Nota del Traductor.
4 La traducción en verso de esta composición, hecha sobre la alemana de Schack en la obra antes citada, se debe á D. Juan Font y
Guitart. — Nota del Traductor.
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