Page 369 - Egipto Tomo 1
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EL CAIRO                    285
              no sólo producían los que la cultivaban objetos de ornamentación, y figuras de animales
              más ó ménos  fantásticos, sino también formas humanas y caballeros armados de todas
              piezas.









                 Los árabes habían abandonado muy en sus comienzos el sencillísimo arreo de sus antepa
               sados por los espléndidos trajes usados por los pueblos que llegaron á someter, especialmente
               por los Persas: en la corte de los califas de Bagdad invertíanse sumas inmensas en prendas
               de vestir hechas de riquísimas estofas, y como los fatimi-
               tas trataron de igualar en este punto á  los abbásidas,
               estableciéronse en el Cairo grandes talleres en los cuales
               se labraban exquisitos bordados sobre finísimas sederías,
               y se construían turbantes bordados de oro, trajes de ce-
               remonia en los cuales se veian los nunogramas de los
               califas (tiraz) y vestidos de mujer adornados con inscrip-
               ciones.  Makrizi refiere sobre el particular curiosísimas
               noticias, y da cuenta además de las hermosas muestras
               de  artísticas labores árabes que se conservaban en  el
               tesoro de los fatimitas. Los trajes de ceremonia, adorna-
               dos con el tiraz, llegaron á representar papel tan impor-
               tante en tiempo de  los sucesores  de Mo’ezz  ,  que  el
               intendente del Tiraz acabó por constituir uno de  los
               cargos más elevados de la corte.
                 No fueron ménos notables los trabajos de orfebrería y
               las piezas de armaduras. Los orífices así labraban joyas
               para las mujeres como para los hombres, puesto que uno  ALABARDA Y LANZA PARA LA CAZA DEL LEON
                                                     Acero con ambatilos de plata del tiempo
                                                          de los Fatimitas
                otro sexo competian en la ostentación de collares y
               y
               brazaletes: mujeres habia, según refieren las crónicas, que se cargaban hasta tal punto de
                    pedrería, que se veian en la imposibilidad de andar como no fuera apoyándose en
              joyas y
               otra persona: v en cuanto á los hombres consumían tesoros inmensos en armas preciosa-
              mente labradas. En el adorno de las casas empleábase cuanto producía el arte contemporáneo;
              pues  al paso que en estucados muros resaltaban magníficos arabescos de oro y colores,
                            esmaltadas porcelanas, en los suelos podian contemplarse mosaicos
              tapices riquísimos y
                   EGIPTO, TOMO  I.
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