Page 391 - Egipto Tomo 1
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EL CAIRO                   311
                La presunción y temores del poeta eran por demás fundados : Melik es-Salekh cometió la
              locura de llamar á su casa á los avestruces, autorizándolos para que se establecieran en el
              nido del águila, y esos genízaros que se distinguían con el humilde nombre de mamelucos
              (esclavos), que en un principio constituyeron las fuerzas más aguerridas de que su jefe
              podía disponer contra sus enemigos y contra los ejércitos de los cruzados, acabaron por
              imponerse á los descendientes de es-Salekh, el último de los cuales pereció bajo sus puñales
              asesinos.
                Podría presumirse á primera  vista,  teniendo en cuenta que  la guerra  constituía  la
              ocupación principal de aquellos tiempos, que las artes de la paz debían permanecer sino
              dormidas por lo ménos aletargadas; pero sucedía precisamente todo lo contrario, singular-
              mente en el Cairo, en cuyas escuelas y universidades se estudiaban las diferentes disciplinas,
              en tanto que se cultivaba la poesía no
              sólo junto  al solio de los príncipes y
              en  las  casas  de  los magnates sino
              también en las calles y en las plazas.
              Los autores de la época de los Eyubi-
              tas así se distinguen por el contenido
              de sus obras como por el arte y la ha-
              bilidad que emplearon en escribirlas.
              El  secretario de Melik es-Salekh,
              Bohá ed-din Tohar, gozaba fama me-
              recida de diestro pendolista, siendo al
              par poeta de gran mérito y hombre de
              agradabilísimo trato. Sus poesías, que
              hace poco ha dado á luz con enco-
              miástico elogio E. H. Palmer, al paso
              que revelan  el extremo á que había
              llegado en aquella sociedad el escepti-
                                           VASO DE CRISTAL ESMALTADO DE ANTIGUA FABRICA ARABE
              cismo y la falta de creencias, nos po-
              nen de manifiesto  la molicie en que vivían las clases superiores.  Príncipes poderosos,
              hermosas mujeres, las fiestas en los jardines, las excursiones á lo largo del Nilo, el amor,
              el vino, los placeres forman el fondo de las poesías de Bohá, que por su forma eran modelo
              de discreción, ingenio y cortesía. Véase en qué términos se dirigía á uno de sus muchos
              amigos que como él vivia en el Cairo:
                                «Si á mi casa, tú llegaras como amigo,
                                 Rebosara de gozo el pecho mió.
                                Y cuando de ella al cabo te alejaras,
                                 Buscaría yo excusa á tu desvío.»
                A otro amigo de quien tenia recibida una carta, le contestaba en los siguientes términos:
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