Page 447 - Egipto Tomo 1
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364 EL CAIRO
mazmorra; en tanto que el mozalbete esclavo la víspera, sentábase el dia siguiente en el
trono, mandando á su antojo y disponiendo de tesoros inagotables. Una operación mercantil
afortunada ; un simple servicio prestado al sultán , bastaban para convertir en potentado al
que ayer pedia limosna, y como se le antojara á un. magnate, el mercader acomodado veíase
reducido á la miseria en un abrir y cerrar de ojos. Las maravillas de la India, los palacios de
AJIMEZ DE GAMA EL-GHURI
la Persia, las fantásticas descripciones de la remota China llegaban á noticia de los sultanes
mamelucos, tanto ó más que por medio de los libros, por lo que referian los marineros, los
conductores de caravanas y los mercaderes de esclavos.
Cuanto puede fantasear el espíritu más sensual, respecto á riquezas, placeres, pompa y
magnificencia, en suma, á cuanto puede halagar los sentidos, poseíanlo hasta el exceso