Page 459 - Egipto Tomo 1
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374 EL CAIRO
ingresos fabulosos que compensaban en cierto modo las ruinosas exacciones con que vejaban
á sus súbditos, al paso que lo que los turcos sacaban del Egipto no sólo no servia para
fomentar la vida de las regiones del Xilo, sino que salía de ellas para pasar al extranjero.
Consecuencia legítima de semejante estado de cosas fue que la miseria, con todas sus conse-
cuencias, asomara su faz en aquellas regiones, en otro tiempo tan prósperas y abundantes,
yendo los negocios de Egipto cada vez de mal á peor, hasta tanto que la gestión adminis-
trativa, de las manos de los empleados del sultán, cada dia más débiles y corrompidos, pasó
á veinticuatro beyes que mandaron á su antojo en las provincias cuyo gobierno se les había
DELANTE DE LOS MUROS DE MASR EL-KAHIRA
confiado, no reconociendo en el bajá enviado de Constantinopla más derecho que el de
percibir los impuestos que anualmente se encargaban de recaudar. Poi supuesto que el
remedio fué si cabe peor que la enfermedad que con él se pretendía curar; puesto que, como
los beyes convinieron en nombrar de entre ellos un jefe ó superior, con el nombre de sheikh
el-beled, ó señor del país, todos se juzgaban con condiciones á propósito para el desempeño
rivalidades que ensangrentaron con frecuencia las
del mismo, naciendo de aquí luchas y
calles del Cairo, teatro ordinario de tales excesos.
decidido, Ali-bey, consiguió al
A mediados del siglo precedente, un hombre resuelto y