Page 316 - Fantasmas
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FANTASMAS
Side, una de las muchas casas que poseía. Un día llamó al as-
censor y cuando la puerta se abrió entró... sólo que el ascen-
sor no estaba y cayó desde el cuarto piso. La caída no lo mató,
sino que sobrevivió un día entero en el fondo del hueco del as-
censor. Éste era viejo y lento, y chirriaba siempre que tenía que
desplazarse, al igual que muchos de los inquilinos del inmue-
ble. Así que nadie oyó gritar a mi abuelo.
—¿Por qué no vendemos la casa de Big Cat Lake? —pre-
gunté—. Nos forraríamos.
—No podemos hacerlo, la casa no es nuestra. La tenemos
en usufructo la tía Blake, los gemelos Greenly, tú y yo. E in-
cluso aunque fuera nuestra no podríamos venderla. Pertenece
a la familia desde siempre.
Por primera vez desde que estaba en el coche pensé que
comprendía por qué íbamos en realidad a Big Cat Lake. Mis
planes para el fin de semana habían sido sacrificados en aras
de la decoración de interiores. A mi madre le volvía loca la de-
coración: elegir cortinas, pantallas de lámparas, chapas espe-
ciales para las puertas de los armarios. Alguien le había en-
cargado redecorar la cabaña de Big Cat Lake —bueno, en
realidad lo más probable es que ella misma se hubiera adju-
dicado la tarea—, y tenía intención de deshacerse de todos los
trastos viejos.
Me sentí como un estúpido por haberla dejado distraer-
me de mi malhumor con sus juegos.
—Quería dormir en casa de Luke —dije.
Mi madre me dirigió una mirada traviesa y de complici-
dad con los ojos entornados y sentí una inmediata punzada de
desasosiego. Era una mirada que me hacía preguntarme cuán-
to sabía y si había averiguado la verdadera razón de mi amis-
tad con Luke, un chico sin modales y con tendencia a meterse
el dedo en la nariz, buena persona, pero al que yo considera-
ba intelectualmente inferior.
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