Page 318 - Fantasmas
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FANTASMAS
Incluso aunque temamos por nuestras vidas no hay razón pa-
ra pasarnos todo el fin de semana sufriendo.
Puso una mano en el cuello de mi padre y jugueteó con
sus cabellos. Entonces se puso rígida y le hundió las uñas en la
carne, justo debajo del pelo.
—Jack —me dijo. Miraba por la ventanilla del a!
hacia algo que había en la oscuridad—. Agáchate, Jack, agáchate.
Íbamos por la autopista 16, larga y recta, con una media-
na baja de hierba entre los carriles. Había un coche estaciona-
do en dirección contraria, entre los carriles, y cuando pasamos
junto a él se encendieron los faros. Volví la cabeza y lo miré un
momento antes de agacharme. El coche —un Jaguar plateado
nuevo— enfiló la carretera y aceleró detrás de nosotros.
—Te dije que no debían verte —dijo mi madre—. Acele-
ra, Harry. Aléjate de ellos.
Nuestro coche aceleró en la oscuridad. Apoyé las manos
en el asiento y me arrodillé para mirar por el cristal trasero.
El otro coche seguía exactamente a la misma distancia, daba
igual lo rápido que fuéramos, entraba en las curvas de la ca-
rretera con una seguridad silenciosa y amenazante. Por mo-
mentos el aire se me quedaba atascado en la garganta y tenía
que acordarme de respirar. Las señales de tráfico pasaban en
ráfagas ante mis ojos, y la velocidad me impedía leerlas.
El Jaguar nos siguió durante cinco kilómetros antes de des-
viarse hacia el estacionamiento de un restaurante de carretera.
Cuando me di la vuelta en el asiento mi madre se estaba encen-
diendo un cigarrillo con el círculo anaranjado del mechero del
coche, mientras mi padre cantaba en voz baja, aflojando el pie del
acelerador. Movía la cabeza suavemente de un lado a otro, si-
guiendo el ritmo de una melodía que yo no conocía.
Corrí por la oscuridad mientras el viento me hacía aga-
char la cabeza sin dejarme ver por dónde iba. Mi madre me se-
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