Page 320 - Fantasmas
P. 320

FANTASMAS


          los ojos, perfecta para disfrazarse  de la Peste Negra en una  fies-
          ta temática  dedicada  a Edgar Allan  Poe.
                La más  inquietante  de todas  colgaba del pestillo de una
          de las ventanas.  Estaba  hecha  de un  plástico  algo deformado
          y parecía  la cara  de un  hombre  tallada  en un  bloque  de hie-
          lo. Era difícil  verla, puesto  que  se  confundía  con  el cristal  de
          la ventana  y me  sobresalté  cuando  la atisbé  por  el rabillo  del
          ojo.                                a
                La puerta  principal  se  abrió  de golpe y entró  mi padre
          arrastrando  el equipaje.  Al mismo  tiempo mi madre  me  habló
          a mi espalda.               |
                —Cuando  éramos  pequeños,  sólo unos  niños, tu padre y
          yo solíamos  escaparnos  aquí para huir de todo  el mundo.  Es-
          pera.  Espera,  ya lo sé, vamos  a hacer un  juego.  Tienes  tiempo
          hasta que nos  marchemos  para averiguar en  cuál de estas  habi-
          taciones  fuiste  concebido.
                Disfrutaba  tratando  de escandalizarme  de vez  en  cuando
          con  revelaciones  íntimas  y no  deseadas  sobre  ella y mi padre.
          Fruncí  el ceño  y le dirigí lo que  quería  ser  una  mirada  de re-
          probación,  pero  ella rio, como  siempre, y ambos  nos  sentimos
          satisfechos,  habiendo  representado  nuestros  respectivos  pape-
          les a la perfección.
                —¿ Había  cortinas  en  todos  los espejos?
                —No  lo sé —me  contestó —. Tal vez  quien durmió  aquí
          la última vez  las colgó, en  recuerdo  de tu  abuelo.  Según la tra-
          dición judía, cuando  alguien muere,  quienes le velan cubren los
          espejos.  Es un  recordatorio  contra  la vanidad.
                —Pero  nosotros  no  somos  judíos —dije.
                —Pero  es  una  costumbre  bonita.  A todos  nos  vendría

          bien dedicar  menos  tiempo  a pensar  en  nosotros  mismos.
                —¿Y por qué todas  esas  máscaras?
                —Toda  casa  de vacaciones  debería  tener  unas  cuantas.
          ¿Qué pasa  si quieres  darle unas  vacaciones  a tu  cara  de siem-



                                        318
   315   316   317   318   319   320   321   322   323   324   325