Page 314 - Fantasmas
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FANTASMAS
teré de que íbamos a pasar la noche en la cabaña de mi abue-
lo, en Big Cat Lake. No podía enfadarme con mis padres por
no haberme contado sus planes, pues seguramente no los ha-
bían hecho. Lo más probable era que hubieran decidido ir a Big
Cat Lake durante la comida. Mis padres nunca tenían planes,
sólo impulsos y un hijo de trece años, y nunca veían la nece-
sidad de hacerme partícipe de ellos.
—+¿Por qué no pueden protegerme? —pregunté.
—Porque hay cosas de las que él amor de una madre y el
valor de un padre no pueden salvarte. Y, además, ¿quién podría
enfrentarse a ellos? Ya conoces a los personajes de la baraja. Se
pasean por ahí armados con hachas doradas y pequeñas espa-
das de plata. ¿No te has fijado lo bien armados que van siem-
pre los triunfos en el póquer? —contestó mi madre.
—No por casualidad los primeros juegos de cartas sim-
bolizan batallas —añadió mi padre mientras conducía con una
muñeca apoyada en el volante—. Todos los juegos son varia-
ciones del mismo argumento: reyes metafóricos peleándose por
reservas limitadas de chicas y dinero.
Mi madre me miró muy seria por encima del respaldo de
su asiento, con los ojos brillando en la oscuridad.
—Tenemos problemas, Jack —dijo—. Problemas graves.
—Vale —dije.
—Lleva ocurriendo un tiempo, aunque al principio te
lo ocultamos porque no queríamos asustarte. Pero ahora tie-
nes que saberlo. Verás... nos hemos quedado sin dinero por
culpa de la gente de las cartas. Han estado conspirando con-
tra nosotros, arruinando nuestras inversiones, dejando nues-
tras cuentas en números rojos. Han propagado rumores terri-
bles acerca de tu padre en el trabajo, no quiero entrar en detalles
que te resultarían demasiado dolorosos. Nos amenazan por te-
léfono. Me llaman durante el día para contarme lo que van a
hacer. A mí, a ti, a todos nosotros.
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