Page 173 - La sangre manda
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héroe —dice, y lo besa en la mejilla—. Tú también, Freddy». Pero para el
joven no hay beso, solo una palmadita rápida en el hombro.
«A ti estoy dispuesto a rescatarte en cualquier momento, Peggy», dice
Ondowsky, lo cual arranca risas y nuevos aplausos. Ahí termina el vídeo.
Holly ve unos cuantos vídeos más, eligiéndolos al azar. En uno, Chet
aparece ante un bloque de apartamentos en llamas. En otro, está en un puente
donde se ha producido una colisión múltiple. En el tercero, informa sobre la
colocación de la primera piedra para la construcción de un nuevo centro del
YMCA, que incluye una pala de plata ceremonial y música de Village People.
Un cuarto, de poco antes de Acción de Gracias, lo muestra llamando con
insistencia a la puerta de una supuesta «clínica del dolor» en Sewickley, sin
recibir por sus esfuerzos más que un ahogado «¡Nada de preguntas, váyase!».
Un hombre ocupado, un hombre ocupado, piensa Holly. Y en ninguno de
esos vídeos Charles Ondowsky, alias «Chet», tiene lunar. Porque siempre se
lo han cubierto con maquillaje, se dice mientras enjuaga sus escasos platos en
el fregadero. Solo se le vio aquella vez, cuando tuvo que salir al aire de forma
apresurada. Y en todo caso, ¿por qué te preocupa eso? Es como cuando se te
pega una irritante canción pop.
Como ha madrugado, tiene tiempo de ver un episodio de The Good Place
antes de irse a trabajar. Entra en su sala de televisión y coge el mando a
distancia, pero se queda con él en la mano y la mirada fija en la pantalla
apagada. Al cabo de un rato, deja el mando y vuelve a la cocina. Enciende el
iPad y busca el vídeo de Chet Ondowsky con la escena de la investigación
sobre la clínica del dolor de Sewickley.
Después de que un hombre, desde dentro, mande a paseo a Chet, la
imagen ofrece un plano medio de Ondowsky, que se acerca el micro (con el
logo de WPEN claramente visible) a la boca y esboza una lúgubre sonrisa.
«Ya lo han oído, Stefan Muller, que se presenta como “médico del dolor”,
se niega a contestar a nuestras preguntas y nos pide que nos marchemos. Nos
vamos, pero volveremos y seguiremos haciendo preguntas hasta que
recibamos respuestas. Aquí Chet Ondowsky, en Sewickley. Te devolvemos la
conexión, David».
Holly ve el vídeo de nuevo. En esta ocasión detiene la imagen en el
momento en que Ondowsky dice «volveremos y seguiremos haciendo
preguntas». En ese punto el micro queda un poco más abajo, con lo que le
permite ver bien la boca de Ondowsky. Separa los dedos para ampliar la
imagen hasta que la boca abarca toda la pantalla. Ahí no hay ningún lunar,
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