Page 156 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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     mantuviese el poder de Macedonia para que formase contrapeso al
     romano. Pero en caso de guerra les parecía más soportable el dominio
     de Roma. Una vez que estalló la guerra, lograron que la liga enviase a
     Polibio, que mandaba por entonces la caballería aquea, al general ro­
     mano en Tesalia para ofrecerle un cuerpo auxiliar aqueo. Los romanos
     no accedieron. Doblegaron a los macedonios en Pidna, comenzando
     una persecución contra sus adversarios. Los romanos dejaron a sus par­
     tidarios obrar a su antojo, aún a los más infames. Fueron deportados a
     Italia unos mil notables griegos, entre ellos Polibio. No existía contra él
     ninguna sospecha concreta, ni fue sometido a proceso. No obstante el
     gobierno de Roma permaneció sordo durante diecisiete años a todas las
     peticiones de regreso.
        En Italia a Polibio le fue relativamente bien; trabó relaciones con los
     hijos de Paulo Emilio, Fabio y Escipión13  que entonces eran todavía
     jóvenes. Éstos consiguieron del pretor de la ciudad que Polibio pudiera
     domiciliarse permanentemente en Roma. No obstante lo mucho que le
     agradase a Polibio este entusiasmo y este afecto, se preguntaba si sería
     posible para él, deportado griego, contraer una verdadera amistad con
     un aristócrata romano. Sus temores no se confirmaron. Escipión siguió
     unido a él inseparablemente. Cuando en 151, el Senado decidió dar
     más energía a la guerra de Hispania, que cada vez se iba haciendo más
     peligrosa y costosa, resultó difícil encontrar oficiales adecuados. Por
     fin es enviado Escipión, y con él Polibio sería testigo de excepción de
     los acontecimientos bélico-políticos,  que más tarde retrataría en sus
     Historias. Era el año 151 a. C. Parece pues demostrado que el confina­
     miento de Polibio en Roma no fue muy severo y que gozó de máxima
      libertad, con la excepción de poder marchar a Grecia. Y esa libertad de
     movimientos le permitió adquirir, ya en el círculo culto en el que se
     movía, o bien de sus numerosos viajes, un bagaje de conocimientos y
      noticias de primera mano para la elaboración de su obra. En el año 150
      a. C. Polibio regresa a Grecia. Y vuelve enriquecido culturalmente. No
      es el mismo hombre que un día tuvo que abandonar su patria. Ahora,
      que ha vivido en Roma, siente agradecimiento a esta ciudad,14 pero al
     mismo tiempo  sigue amando  la tierra de sus mayores.  De aquí que


      13 Llegó a ser maestro de Escipión Emiliano, vid. Pol. XXXI, 23-24; Diod. XXI 26,5.
      14 G.C. Richards, «Polybius of Megalopolis the Greek Admirer of Rome», Class. Journ. 40,
         1944, 274-291.
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