Page 157 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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pueda estar tanto a favor de Roma como de Grecia. Esa bipolarización
de la personalidad de Polibio, podríamos decir grecidad y romanidad,
enmarca su actuación a partir de su libertad oficial. Durante la segunda
guerra púnica fue solicitado por Roma como experto militar y acudió
sin reservas. Conoció Hispania y el norte de Africa; y por el propio
Polibio sabemos que estuvo presente en el asedio y destrucción de
Cartago en el año 146 a. C.15
Pero mientras Polibio había compartido con su acción el triunfo de
Roma sobre Cartago, en su propia tierra, Corinto caía sometida al mis
mo poder imperialista romano. Y el historiador, en persona según nos
cuenta, asistió también a la quema y saqueo de Corinto (Pol. XXXIX,
2,2). Polibio se debatía hacia Roma entre el agradecimiento y la repul
sa por su soberbia; por otro lado amaba a los griegos pero también
desaprobaba su comportamiento orgulloso.
Esta situación casi trágica de los últimos años de su vida encuentra
su síntesis en el encaigo que le hizo el Senado de conciliar los derechos
de vencedores y vencidos, lo que le permitió volver de nuevo a Roma.
Esta función de árbitro la comprendieron bien los propios griegos, al
grabar al pie de una estatua levantada en su honor, en Megalopolis, lo
siguiente: «Grecia, de haber seguido los consejos de Polibio, no habría
decaído, y cuando Grecia erró, sólo él pudo ayudarla algo». O aquella
otra inscripción en su honor que recoge Pausanias: «recorrió toda la
tierra y el mar, fue aliado de los romanos e hizo cesar la cólera contra
los griegos» (Paus. VIII 37,2 y VIII 30,9). En estas fiases queda sinteti
zado el valor y el significado de su labor de conciliación y de puente
entre los dos pueblos, ambos potencias, uno en la política y otro en la
cultura. Polibio aprovechará las circunstancias personales: de su for
mación helénica surgirá la historia de la nueva potencia política «uni
versal», es decir Roma.
Poco más se sabe de Polibio hasta su muerte. Según Estrabón, estu
vo en Alejandría hacia el año 140 a. C.; también quizás en Rodas, se
gún se desprende de sus escritos.La fecha de su muerte tampoco se
conoce con seguridad, aunque se cree fue el año 127 a. C.
15 Pol. XXXVIII, 19,1.