Page 241 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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otra recreación escrita. Porque éstos «de abajo» no sabían leer y no
podían conocer más que de oídas su existencia, y mucho menos po
drían plantearse el hecho de que ese intermediario (dudosamente váli
do), es decir, el fabulista, les represente a ellos o a alguna de sus reivin
dicaciones ante algún estamento superior del Estado. Entre ambos ex
tremos de esa línea vertical imaginaria que he esbozado no hay más
relación, a propósito del mensaje y la razón de la fábula, que la indirec
ta y opuesta forma de entenderla. En este sentido, el mensaje de la
fábula de autor se agota en sí mismo.
El autor, como tal, tiene clara conciencia de su función. Una y otra
vez se declara como autor de las fábulas. Y por tanto no tiene concien
cia de la tradición popular donde sin duda estaban los cuentos
moralizadores.
La reclamación de autoría y la ausencia de una conciencia tradicio
nal popular son, curiosamente, una y otra vez, conceptos repetidos en/
por Fedro.
La esencia del mensaje de la fábula, y el armazón (estructura) de la
misma, están pensados para que alguien los lea. En una palabra, el
autor, como tal, no escribe para aquellos humildes protagonistas de sus
historias, puesto que los rechaza.8 Al contrario, utiliza a los humildes
como personajes literarios «para que otros entiendan lo que yo quiero
dar a entender».
La escritura como soporte de la palabra pierde en este caso, en mi
opinión, la legitimidad de erigirse en voz de los que no hablan, aunque
Fedro reconozca, con un prurito de erudición más que como un motus
scribendi, el origen servil de la fábula.9 A lo más que aspira Fedro es a
hacer un discurso sobre el propio destino o el propio fracaso.10
El uso de la fábula como fuente histórica para rastrear en las con
ciencias de los que no tienen voz sólo puede hacerse, en consecuen
cia, volviendo del revés la apariencia primera del mensaje del cuento/
fábula, es decir, descifrando el sistema de oposiciones intrínseco a su
esencia.
8IV pr. 20: inlitteratum plausum non desidero.
9 III pr. 9-14: Nunc fabularum quae sint inventus genus brevis docebo. Servitus obnoxia,
quia quae volebat non audebat dicere, affectus propios in fabellas transtulit
calumniamque fictis elusit iocis.
10 S. D’F.lia, «Fedro, un liberto fallito», Riscontri 11,1,1980, 33-39.