Page 241 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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M itos griegos e H istoriografía A ntigua                    257
     otra recreación escrita. Porque éstos «de abajo» no sabían leer y no
     podían conocer más que de oídas su existencia, y mucho menos po­
     drían plantearse el hecho de que ese intermediario (dudosamente váli­
     do), es decir, el fabulista, les represente a ellos o a alguna de sus reivin­
     dicaciones ante algún estamento superior del Estado. Entre ambos ex­
     tremos de esa línea vertical imaginaria que he esbozado no hay más
     relación, a propósito del mensaje y la razón de la fábula, que la indirec­
     ta y opuesta forma de entenderla. En este sentido, el mensaje de la
     fábula de autor se agota en sí mismo.
        El autor, como tal, tiene clara conciencia de su función. Una y otra
     vez se declara como autor de las fábulas. Y por tanto no tiene concien­
     cia de  la tradición popular  donde  sin  duda estaban  los  cuentos
     moralizadores.
        La reclamación de autoría y la ausencia de una conciencia tradicio­
     nal popular son, curiosamente, una y otra vez, conceptos repetidos en/
     por Fedro.
        La esencia del mensaje de la fábula, y el armazón (estructura) de la
     misma, están pensados para que alguien los lea. En una palabra, el
     autor, como tal, no escribe para aquellos humildes protagonistas de sus
     historias, puesto que los rechaza.8 Al contrario, utiliza a los humildes
     como personajes literarios «para que otros entiendan lo que yo quiero
     dar a entender».
        La escritura como soporte de la palabra pierde en este caso, en mi
     opinión, la legitimidad de erigirse en voz de los que no hablan, aunque
     Fedro reconozca, con un prurito de erudición más que como un motus
     scribendi, el origen servil de la fábula.9 A lo más que aspira Fedro es a
     hacer un discurso sobre el propio destino o el propio fracaso.10
        El uso de la fábula como fuente histórica para rastrear en las con­
     ciencias de los que no tienen voz sólo puede hacerse, en consecuen­
     cia, volviendo del revés la apariencia primera del mensaje del cuento/
     fábula, es decir, descifrando el sistema de oposiciones intrínseco a su
     esencia.


     8IV pr. 20: inlitteratum plausum non desidero.
     9 III pr.  9-14: Nunc fabularum quae sint inventus genus  brevis docebo.  Servitus obnoxia,
        quia  quae  volebat  non  audebat dicere,  affectus propios  in fabellas  transtulit
        calumniamque fictis elusit iocis.
      10 S. D’F.lia, «Fedro, un liberto fallito», Riscontri 11,1,1980, 33-39.
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