Page 246 - MITOS GRIEGOS e historiografía antigua
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M itos griegos e H istoriografía A ntigua                    263

        a) Que existe una técnica de autor, y que ésta está preconcebida: no
     es original de quien escribe tal o cual fábula; y lo que es más, esa técni­
     ca elimina necesariamente, porque lo transforma, el mensaje original
     del relato.
        b) Que a pesar de ese menoscabo de la pureza en el hecho de la
     transmisión  del  cuento,  ese  lenguaje,  así  estructurado,  es  un
     metalenguaje: es decir, no sólo dice lo que dice, sino que dice lo que no
     dice.
        c) Es un lenguaje transgresor. El que los animales hablen es un ab­
      surdo aceptado como necesario en cuanto a técnica narrativa, pero es
     un absurdo inaceptable para la razón; es pues una premisa de la técnica
      (que no tiene nada de absurda, aunque sí de simple) pero sobre todo es
     una premisa del mensaje oculto. Es un modo de negar la realidad (una
     realidad genérica) afirmándola (contradiciéndola) simultáneamente con
     una caricatura suya. El uso sistemático de situaciones racionalmente
      absurdas es un acto consciente del autor, que sabe -¿realmente lo sabe?-
      que está transgrediendo un espacio ajeno a él.

        En general, la esencia de la fábula se estructura sobre un sistema de
      oposiciones, como un juego de espejos. Está en el extremo opuesto al
      mito. Aunque parezca compartir una irracionalidad semejante, es en rea­
      lidad la expresión del contramito, porque en el dominio de los dioses la
      naturaleza, los elementos, las «circunstancias», se sobreponen a sus pro­
     tagonistas, que son sólo víctimas de un destino ineludible, protagonistas
      de una situación sangrante pero necesaria para el equilibrio del sistema.
        La vinculación del cuento con la naturaleza le confiere un rasgo de
      «popular», como popular es el núcleo de todo cuento. El núcleo es lo
      que hay que saber desbrozar para leer la intención y el mensaje origi­
      nal. Lo otro, el epimycio, es precisamente el elemento racional, mora-
      lizador (dominador) que intenta socializar en provecho propio (de quien
      lo elabora o la ideología que lo genera y lo propaga) una historia origi­
      nal, primitiva, virgen, que está en el saber popular más sencillo. Si el
      sentimiento original y atávico de lucha animal se convirtió en parábola
      de antagonismos sociales fue por el uso deliberado de quien re-elabora-
      ba las fábulas como algo propio; ciertamente su literaturización trans­
      formaba  el  contenido16  en favor de algo/alguien afín al autor.

      16II pr.9-10: sed si libuerint aliquid interponere, dictorum sensus est ut delectet varietas.
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