Page 25 - 4 : El gran desafío
P. 25
V
Ante tan variadas posturas y conceptos, me replantee qué actitud debería tomar
como comunicadora social. Mi idea de citar a estos destacados comunicadores se estaba
tornando en pesadilla, ya que cada uno de ellos tenía posturas muy heterogéneas, y si
bien era enriquecedor tener un panorama pluralista de la cuestión, se me estaba
haciendo difícil encontrar una postura a medio camino entre tales extremos.
Observando mi confusión, Fuenzalida quiso imponerse y me explicó que no es
posible comunicarse con la audiencia si no hay un fuerte compromiso emocional con
los hechos que se están narrando. La relación emocional de la audiencia con la
televisión exige el manejo adecuado de todos los recursos emocionales que le ofrece el
lenguaje televisivo, a nivel de la imagen, del texto narrativo y de la música; y ésta es
tarea que le atribuye al comunicador. Incluso, citando las funciones del lenguaje de
Jakobson, enfatiza dos de ellas: la de contacto (mantener el canal) y la de interpelación
(adaptar el discurso al de la audiencia). Esto revaloriza las destrezas necesarias para que
el comunicador elabore un texto que interpele a la audiencia.
En concordancia con Fuenzalida, Sartori sostuvo que el comunicador, además de
establecer un vínculo emocional con el espectador, debe evitar transformar todo en
espectáculo para que el hombre no se convierta en un homo ludens, un animal que goza
del entretenimiento. Es decir, plantea que se requiere un comunicador más formado,
que evite reducir el discurso televisivo al showing y, que por el contrario, integre
nuevamente el telling al discurso. El comunicador no debe estar al servicio del video-
niño, sino que debe ayudar a combatirlo e impedir una regresión en la capacidad del
entender.
23