Page 100 - Abrázame Fuerte
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la mirada fija en el suelo. Parece un perro apaleado.
        —¿Qué tal, chicos? ¿Cómo ha ido el cine? —pregunta Silvia, con amabilidad.
        —Muy bien; la película era buenísima. Me ha encantado —responde Estela.
        —Pero  ¿qué  dices?  ¡Si  te  has  pasado  toda  la  peli  hablando!  —la  corrige
      Marcos. Luego, dirigiéndose a su vecina, le cuenta—: Nada, era una copia barata
      de Los Goonies.
        —Es que Los Goonies es una obra maestra. Insuperable —apunta Silvia, con
      amabilidad.
        —¡Ya estamos! —dice Bea—. Otro al que le van las pelis frikis de los años
      ochenta.
        —Pues  sí.  Y,  viendo  cómo  está  el  mundo,  no  me  importaría  pillarme  la
      máquina del tiempo e irme a vivir al siglo XX —responde Marcos, muy en serio.
        —Te  entiendo.  Muchas  veces  tengo  esa  sensación.  De  pertenecer  a  otro
      tiempo —le confiesa su vecina.
        Estela está un poco desconcertada. No sabe ni qué es Los Goonies ni de qué
      narices están hablando. Sólo entiende que Marcos trata a Silvia mucho mejor que
      a ella. Lo que no sabe es por qué.
        —Tengo que ir a casa a sacar a Atreyu. ¿Te vienes? —pregunta Marcos.
        En un primer momento, Estela cree que se lo ha dicho a ella. Pero el chico
      está mirando a su amiga, que responde:
        —Sí,  claro,  vamos.  Ya  tendría  que  estar  en  casa  —dice  ella,  y  coge  la
      mochila.
        Y sin que Estela se dé casi ni cuenta, Marcos ya se ha despedido de ella y se
      va tan feliz con Silvia, hablando de todas las películas que tienen en común.
        Algo celosa, Estela decide marcharse también. Se ha puesto de mal humor.
      Bea, que no quiere quedarse a solas con Ana después de la discusión que han
      tenido, también se despide.
        Ana se queda sola, sentada en su banco favorito del parque; saca su libreta y,
      aunque sabe que le costará mucho, decide escribir sobre lo que pasó el otro día
      en el Club.
      Nueva entrada:
                        Lágrima
        Lágrima: llegas sin avisar. Soy feliz, estoy bailando y he bebido más
        de  la  cuenta.  No  importa,  ha  pasado  el  tiempo  suficiente  para  que
        me relaje y deje de pensar en ello. Gran error. Si algo te angustia, si
        temes encontrarte con algo o alguien, si algo te da miedo, no dejes
        de pensar en ello, porque entonces aparecerá. Allí estaba, de golpe y
        sin  avisar.  Ni  siquiera  me  miró.  La  besaba  con  dulzura.  Entonces
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