Page 115 - Abrázame Fuerte
P. 115
verdad, se siente como si volviera a tener quince años. ¡Y eso que está a punto de
cumplir los dieciocho!
—Yo nunca-nunca… —Es el turno de Nerea. Todo el mundo calla—… me he
enamorado de alguien cuando ya sabía que no tenía nada que hacer…
La universitaria lanza una mirada maliciosa a todo el mundo. Hay un segundo
de silencio. ¡A Nerea no le basta con derrotar a Ana! ¡Ahora la quiere
machacar!
Silvia mira a Nerea.
—Esa pregunta es absurda —le contesta.
—¿Por? —la insta Nerea.
—Pues porque todo el mundo se ha enamorado de alguien inaccesible… —
Silvia se queda en silencio y coge su vaso. Acto seguido, todos los presentes en la
mesa cogen los suyos y beben. Todos menos Nerea, a quien la jugada no le ha
salido bien.
—Ahora voy yo. —Turno de Ana—. Yo nunca-nunca… he sido infiel a mis
sentimientos.
—¡Muy bien, Ana, me gusta! —sonríe Estela, y bebe la primera, seguida de
sus otras dos amigas.
Marcos también bebe casi por obligación. Es nuevo en el grupo, y les sigue el
rollo a las chicas. Observa y no habla demasiado. Le hace gracia ver cómo se
comportan las Princess, aunque ese juego le resulte si no demasiado infantil, sí
algo peligroso como para participar. Además, tiene la sensación de que el que las
chicas hayan decidido jugar a eso no es baladí.
—Esta pregunta también es absurda —se defiende Nerea, que, al igual que
David y Marcos, no ha bebido.
—No, no es absurda… Este juego sólo es absurdo cuando todas las personas
beben… porque eso quiere decir que el « Yo nunca-nunca» que se ha planteado
es una verdad universal —le responde Estela con lucidez, a lo que añade, con un
punto de malicia y rentintín—: Los universitarios sabéis lo que es una « verdad
universal» , ¿no? Porque, si no, te lo explicamos.
Marcos se queda fascinado con la soltura de Estela, la manera con que planta
cara a Nerea (que a él también le empieza a caer francamente mal, con sus
aires de superioridad) y defiende a sus amigas.
—Me toca. Yo nunca-nunca… —Silvia reflexiona—… he escrito una carta en
la que declaraba mis sentimientos a alguien. Un momento, quien dice una carta
dice una poesía, una canción, o un cuento… Todo menos un SMS o una
conversación por chat, ¿de acuerdo?
Toda la mesa se queda pensativa, recordando si alguna vez han hecho algo de
lo que menciona la chica. Marcos se sobresalta. « ¿Puede que Silvia escuchase la
canción que compuse para ella?» , piensa, mientras espera a que alguien beba
para beber también. En unos segundos, Ana y Estela cogen sus vasos, así que el