Page 168 - Abrázame Fuerte
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Capítulo 26
Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro…
y a veces lloro sin querer.
Plural ha sido la celeste
historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
mundo de duelo y aflicción.
RUBEN DARÍO
Miércoles por la mañana
Las Princess llegan por separado a clase, sin pasar por el Piccolino. Cada una
acude desayunada de casa, y parece que no es el día más propicio para reunirse
y cotillear antes de entrar. Ana está en su nube, pensando en su calcetín; Bea y
Silvia siguen enfadadas, y Estela está contenta con su nuevo proyecto con
Marcos, pero también tiene esa extraña sensación en su interior que apenas la
deja comer.
Son las 8.57 y toca clase de mates. Ana ya está sentada a su pupitre,
escribiendo en su libreta, cuando aparece Crespo, uno de los chicos con más éxito
del insti. Es el clásico guaperas, con el pelo rubio y pinta de surfero que se cree
que todas están loquitas por sus huesos. El típico personaje a quien se supone que
ninguna chica le puede decir que no. Si estuviéramos en una peli americana, él
sería el capitán del equipo de baloncesto y Ana, la repelente a la que no miraría
nunca. Pero no estamos en Estados Unidos, y ha pasado algo, porque el chico,
por primera vez en todo el curso, le dirige la palabra.
—Hola, ¿qué haces? ¿Escribiendo para tu blog?
—¿Perdona? ¿Me…, me…, me lo dices a mí? —pregunta la chica, alucinada
porque alguien como él le dirija la palabra.