Page 80 - Abrázame Fuerte
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—¿Hay más café?
        —En la cocina. Tú misma. —David anda con la mosca detrás de la oreja.
        « Todo esto me huele fatal» .

      Mientras, Silvia ha bajado hasta el portal de su casa; no hay ni rastro de Ana.
      Llueve mucho, y su amiga ha sido más rápida. Ahora corre hacia casa llorando,
      con el corazón roto; sus lágrimas se confunden con la lluvia. El amor es algo muy
      sencillo y muy complicado a la vez.
        Silvia arrastra las zapatillas; vuelve al ascensor y piensa en su hermano: « Él
      es bueno. Todo esto es muy raro» .
        —¡Eh, tú! —le grita una voz masculina que proviene de la escalera—. ¡La del
      pijama de rayas!
        Silvia se vuelve. Sólo le faltaba eso… El portero…
        —Es  un  muy  buen  día  para  ir  en  pijama  por  la  calle  —comenta  la  voz,
      estallando en carcajadas. « ¡Marcos, qué vergüenza!» —. A mí me encanta ir en
      pijama, así que… ¡secundo tu moción! Aunque creo que te falta un paraguas a
      juego. —A su lado, atado a una correa, Atreyu ladra a la chica—. ¿Lo ves? Hasta
      mi querido perro piensa lo mismo.
        —No…  Es  que  yo…  —Silvia  no  tiene  ninguna  excusa  para  salvarse  del
      ridículo.
        —¿Quieres  sacar  a  pasear  a  Atreyu?  —pregunta  Marcos,  siguiendo  con  la
      burla.
        —Va a ser que no. No estoy para cachondeos…
        Llega el ascensor y Silvia se sube, sin ganas de conversar. Marcos le sonríe,
      pero la chica le da la espalda. Está muerta de vergüenza.
        Mientras el ascensor sube lentamente, piso a piso, la chica se mira al espejo y
      piensa:  « Qué  día  llevamos.  Y  sólo  es  viernes.  Presiento  que  este  finde  será
      movidito» .
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