Page 84 - Abrázame Fuerte
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aparentar que está ocupada, pero en realidad no tiene nada que hacer. Se siente
rara de verdad. Mira el calendario. « Espero que sea porque me tiene que venir
la regla… Todo esto no me parece normal» .
Más tarde, en el parque
Ana y Estela están sentadas en un banco de piedra, comiendo pipas. Ayer fue un
día especialmente duro para Ana. Su madre la ha dejado ir al parque un rato,
pero debe estar en casa antes de que llegue su padre, que ha salido a hacer unos
recados. Según sus cálculos, tardará unas dos horitas.
—Por si no tuviera bastante con lo de David, Bea ni siquiera me ha llamado
para devolverme el iPad. —Ana ejerce el derecho a quejarse.
Estela la escucha como una buena amiga.
—No te mereces nada de esto —la consuela, acariciándole el cabello.
—Es una egoísta. Y lo de David no tiene nombre… —Ana no puede contener
las lágrimas.
—Sé lo que sientes. A mí me ha pasado muchas veces. ¿Y sabes lo que me
gusta hacer cuando sufro un desamor? —le pregunta Estela, mientras intenta
animarla.
Ana niega con la cabeza.
—Me doy un paseo, y después me voy a tomar algo con las amigas o con
quien sea. Cuando estoy en el bar me fijo en el tío que más me guste, y voy
directamente y se lo digo.
Ana se ríe entre lágrimas.
—¿Lo ves, princesa…? Llorar es doloroso, pero una siempre se acuerda de
reír. Es la única cosa de la que no nos olvidamos… De reír.
Ana suspira profundamente, y le responde con un abrazo.
—Vamos a reírnos un rato, que tanta pena no está de moda. No querrás que te
llamemos la llorona, ¿verdad que no? —Estela se levanta del banco. Mira a su
amiga, que sigue sentada y sin ánimo, y le dice—: Venga, levántate, « lágrimas
de cristal» , ¿o eres de esa clase de chicas a quienes les gusta ir de víctima?
Fíjate, se te ha corrido el rímel y estás guapísima. Pareces una estrella de rock,
así que ¡vamos a aprovecharlo y a tomarnos algo!
—Creo que no, Estela, no estoy de humor. —Ana agradece el gesto pero se
siente abatida.
—¿« De humor» ? ¿Has dicho « de humor» ? —Estela alza las manos, como si
estuviese en un gran teatro—. Si tu estado emocional depende de un chico que,
por lo que me dices, parece tonto…, vamos bien, princesa. Ana, tú eres única
porque sólo tú sientes lo que todo el mundo no puede sentir. « Es mucho mejor
querer que ser querido y no poder sentir, porque es siempre más feliz quien más