Page 22 - Lara Peinado, Federico - Leyendas de la antigua Mesopotamia. Dioses, héroes y seres fantásticos
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los dioses con total libertad, enviando sequías, diluvios, hambres, pes­
      te  y  enfermedades.
         De  ahí  que  el  primer  deber  religioso  del  mesopotámico, resig­
      nado a su suerte marcada por los  dioses, fuese el de temer a la divi­
      nidad,  siendo  su  segunda  obligación  el  proporcionar  a  los  dioses
      sacrificios, ofrendas, libaciones y  quema de plantas aromáticas, todo
      ello  complementado  con  los  adecuados  rezos y  oraciones.
         A las faltas del hombre, que eran castigadas inflexiblemente, tam­
      bién y  de  modo  paralelo, correspondieron recompensas y premios,
      si  bien  el  hombre  únicamente  podía  esperar  de  sus  dioses  el  dis­
      frute de una larga vida y el alcanzar la tranquilidad en la ultratumba,
       para  lo  cual  era  condición  indispensable  recibir  sepultura,  ya  que
       hasta  que  no  se  enterraba  el  cuerpo,  según  creían,  el  espíritu  del
       difunto  andaba  errante  por  la  estepa,  aterrando  a  los  vivos  y  sin
       encontrar  el  sosiego.
         Precisamente,  el  conocimiento  de  los  elementos  que  informan
       la religión mesopotámica, en los que no podemos detenernos, cons­
       tituye  un  factor  importantísimo  para  poder  interpretar  los  textos
       míticos.  Remitimos  al  lector  a  la  bibliografía  específica  que  sobre
       este  tema  incluimos  al final  del libro.




                 NATURALEZA DE  LOS  MITOS  SUMERIOS

         Los mitos sumerios  de  carácter cultual y religioso han  llegado  a
       nuestros  días perfectamente  fijados  por escrito  gracias a la labor de
       los  dubsar o  escribas,  que  supieron  presentarlos  con  un  ropaje  lite­
       rario  muy bien  elaborado, aunque  no  se  alcanzaran  excesivas  cotas
       de calidad literaria. Externamente, se presentan a base de largos reci­
       tados, con  numerosos  pasajes  donde  el  paralelismo  y la  repetición
       todavía  nos  hacen  pensar  en  el  nar  o  trovador  ambulante  que  los
       recitaba ante un determinado público. En cuanto a la narrativa argu­
       mentai  de  tales  mitos  se  trata  de  temas  simples, al  menos  en  apa­
       riencia, pero  con  los  elementos  necesarios  para  lograr mantener  el
       interés  de  la  acción  que  se  cuenta.
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