Page 173 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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está  en  la  base  de  múltiples  patologías.  La  doctora  de  origen  griego  Artemis  P.
              Simopoulos publicó en 2002 que no solo es importante ingerir ácidos grasos esenciales,
              sino que resulta aún más crucial el hacerlo en una proporción adecuada entre omega 6 y
              omega 3. Los humanos hemos evolucionado consumiéndolos en una proporción de 1:1,
              pero  en  las  últimas  décadas,  debido  al  auge  del  consumo  de  carne  y  de  productos
              procesados, esa proporción se ha elevado a 10:1 en las dietas occidentales —en Estados
              Unidos puede alcanzar el ratio de 30:1—. Se ha demostrado que disminuir la proporción
              ayuda  a  prevenir  enfermedades  cardiovasculares,  asma,  artritis  reumatoide  y  cáncer
              colorrectal.
                 La leche materna contiene DHA —si la madre lo ingiere previamente—, que es vital
              para  el  desarrollo  neuronal  y  cerebral  del  lactante,  aunque  también  se  recomienda  la
              ingesta de este ácido graso por parte de la madre en el periodo de gestación. Pero el DHA
              no  solo  resulta  vital  en  la  infancia,  sino  que  empiezan  a  surgir  estudios  que  vinculan
              niveles  adecuados  de  omega  3  con  una  probabilidad  significativamente  menor  de
              desarrollar demencia y alzhéimer. Por el contrario, niveles bajos en DHA en ancianos se
              asocian con un aumento de probabilidades de declive cognitivo acelerado. El cerebro es
              altamente dependiente de este ácido graso, y bajos niveles del mismo se han relacionado
              con la depresión, deterioro cognitivo y otros trastornos. Incluso pacientes con déficits de
              memoria, tras la ingesta de un gramo diario de DHA durante seis meses, han mejorado su
              memoria.  Por  otro  lado,  pacientes  diagnosticados  de  alzhéimer,  tras  la  ingesta  de
              suplementos de omega 3 han desarrollado la enfermedad de manera más lenta. El DHA
              también  se  ha  señalado  como  una  fuente  principal  de  neuroprotectina,  sustancia
              implicada en la supervivencia y reparación de las células del cerebro.
                 Tomar  aceite  de  pescado  a  diario  posee  efectos  sanos  y  beneficiosos  a  múltiples
              niveles.  Incluso  se  ha  observado,  en  un  estudio  publicado  en  el  2010  por  el  profesor
              Farzaneh-Far de la Universidad de Illinois, una relación positiva entre niveles elevados de
              omega 3 y la longitud de los telómeros.
                 Finalmente, los beneficios del aceite de pescado incluyen mejoría en la atención en el
              trastorno  por  déficit  de  atención  e  hiperactividad.  Los  jóvenes  que  ingieren  omega  3,
              presentan una mejoría en sus calificaciones. Hoy, la Asociación Americana de Psiquiatría
              —y múltiples manuales de salud mental— recomiendan ingerir omega 3 como medida de
              prevención para frenar el desarrollo de algunas enfermedades mentales —esquizofrenia,
              depresión, trastorno bipolar…— y para el tratamiento de las mismas.



                 Recomiendo tomar 1 o 2 gramos al día con la correcta relación entre EPA y
                 DHA. Esto es, un mínimo de un 80 por 100 de DHA con respecto al total del
                 aceite.












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