Page 91 - Casados o Cansados
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que  se  alimentan  de  la  misma,  las  mujeres  que  fueron  creadas  del
                        cuerpo humano, disfrutan de vestirse y arreglarse.


                                Estas  diferencias  a  veces  causan  pequeños  roces,  por  ejemplo,
                        cuando se preparan para salir a una fiesta, el marido en dos minutos está
                        listo, ya se puso su pantalón, su camisa, chaqueta y está en la puerta
                        diciendo "entonces?,  ya es tarde, apúrate , es para hoy", sin embargo,
                        la mujer ya se probó  y se quitó varios vestidos , argumentando : “esto
                        no combina, esto ya me lo vieron muchas veces, este me hace gorda” ,
                        hasta que de repente se escucha la famosa frase de todas las mujeres del
                        mundo: "¡no tengo nada  que ponerme!" lo cual causa que el marido
                        entre nervioso al cuarto, abriendo las puertas del closet  (que se parece
                        al  petijat  ejal  de  la  parnasá,    ya  que  toda  la  parnasá  se  fue  en  ese
                        closet).  El marido observa el perchero doblado por el peso, ve ropas de
                        todos los colores y tamaños y no logra entender cómo es que ella no
                        tiene que ponerse.

                                El  marido  no  entiende  que  la  ropa  para  la  mujer  es  esencial,
                        fundamental. Mientras se viste, no para de pensar cómo se ve, cómo se
                        siente, qué dirá fulana y qué le contestará mengana, si la elogiarán o la
                        criticarán. Al hombre eso no le importa lo más mínimo, lo único que
                        quiere es llegar a tiempo a la fiesta para comer, beber y reírse con los
                        amigos.

                                Estas  diferencias  nos  llevan  también  a  presenciar  otro  tipo  de
                        escena. El hombre disfruta comiendo  y cuando lo hace lo único en que
                        piensa  es  en  la  comida,  pero  la  mujer,  mientras  èl  come,  observa
                        detalles como “¿por qué cuando comes en casa no terminas el plato y
                        cuando comes en casa de tu madre dejas el plato limpio  y todavía pides
                        más?”.    Lo  que  ella  no  entiende  es  que  el  hombre  no  lo  hace  por
                        maldad,  sino  que  la  comida  le  atrae  y,  a  veces,  comer  algo  de  otro
                        estilo, en otra casa, o la comida de mami le trae nostalgia de su niñez,
                        sin tomar en cuenta las comparaciones que ella es capaz de hacer.

                                (Cuentan acerca de un hombre  que después de casarse cada vez
                        que su esposa le preparaba algo de comer, él le decía “-está muy rico
                        pero no es como lo de mi mamá-“, ella se esforzaba más, guiándose
                        por su libro de recetas y siempre escuchaba la misma frase. Un día, sin
                        querer, se le quemó la comida y fue cuando él le dijo: - “esto  si  es
                        como lo de mi mama)
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