Page 8 - Conscientes y atentos
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Mientras caminan, las personas parecen calmarse; sus
pasos son lentos, su respiración se hace más profunda.
Pendientes del camino, unos se detienen para mirar hacia
arriba, otros se paran en seco con los ojos fijos en el sue-
lo. Finalmente, cuando cada miembro del grupo ha reco-
rrido todo el camino desde el exterior hasta la rosa cen-
Muestra gratuita
tral, ha vuelto a salir y se ha situado en el exterior, y
mientras aún siguen recogidos, dicen una oración y el
grupo se dispersa.
Acaban de caminar por el laberinto y, en medio de la
ciudad bulliciosa, han encontrado la quietud y la calma
que da el centrarse en el momento presente. Al dejar
atrás los recuerdos del pasado y la anticipación del futu-
ro, se han concentrado solo en las experiencias físicas y
mentales del momento. Están satisfechos de haber permi-
tido que sea lo que es, sin juzgar ni criticar. Los caminan-
tes, por un breve espacio de tiempo, han dejado los co-
mentarios mentales sobre los acontecimientos que les
rodean y se han permitido existir, sin más, notando sen-
saciones internas y externas, pero sin poner energía en
ellas. Mientras se han movido por el laberinto, han sido
conscientes de sus cuerpos, han notado cómo se siente
este movimiento y su efecto en sus emociones.
Liberados del peso del pasado y de la preocupación
por el futuro, los caminantes han descubierto el espacio
necesario para la creatividad y la imaginación, para rela-
cionarse con el momento presente en toda su belleza. A
Dios se le encuentra en el ahora. Dios, que existe fuera
del tiempo, que es la eternidad misma, nos permite des-
cubrir la eternidad en lo inmediato.
A lo largo de la Biblia se nos recuerda que nunca nos
encontraremos con Dios si estamos tan preocupados con
nosotros mismos que no hay lugar para nada más. Nos
han enseñado a dejar a un lado nuestros pensamientos y
sentimientos para procurar un espacio a Dios, para per-
mitir que su amor llene nuestros corazones y nuestra
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