Page 12 - Innovar en educación
P. 12

FAVORECER LA MANIPULACIÓN POSIBILITA UN MEJOR APRENDIZAJE      15

                     El segundo problema que plantea el aprendizaje mediante la acción ra-
                  dica en que a veces confundimos entre la acción como medio para apren-
                  der y la acción como fin del aprendizaje.
                     Por ejemplo, en la enseñanza de ciencias la manipulación tiene un
                  papel muy destacado, ya sea porque hay que aprender a hacer algo (por
                  ejemplo, una medición, una recogida de datos o un experimento), ya sea
                         Muestra gratuita
                  porque se utilizan dichas actividades como medio para aprender otras co-
                  sas (por ejemplo, un concepto o un hecho científico). En filosofía, “re-
                  dactar una disertación” a veces es el objetivo del aprendizaje y a veces, un
                  medio al servicio de otro fin, que puede evolucionar en sí mismo a lo largo
                  de la historia de la disciplina (Poucet, 2001).
                     La confusión entre fin y medio conduce, inevitablemente, a una con-
                  clusión errónea: para aprender a hacer algo, hay que hacerlo y con ello
                  basta. A modo de ejemplo, para aprender a redactar una disertación, hay
                  que redactar disertaciones y con ello basta, solo hay que entrenarse de
                  algún modo. A finales de los años ochenta, gracias a los trabajos del in-
                  vestigador australiano John Sweller, progresivamente se empezó a tomar
                  conciencia de que la actividad podía suponer un obstáculo para el apren-
                  dizaje. Hoy se sabe que la actividad es necesaria, pero no suficiente.


                  BALANCE DE LOS TRABAJOS CIENTÍFICOS

                  Lo importante es estar activo... ¡mentalmente!
                     Uno de los aspectos que más ha dañado la pedagogía es, sin duda, la de
                  caer en la cuenta de la ineficacia de los aprendizajes pasivos. Desde luego,
                  esta toma de conciencia era absolutamente necesaria, pero de ella se extrajo
                  una conclusión sesgada: si el alumnado está activo, entonces aprenderá.
                     Esta respuesta, un tanto ingenua, se refería, en realidad, a dos propó-
                  sitos muy distintos: la actividad como medio para movilizar al alumnado
                  o como medio para hacer que aprenda.
                     Una de las investigadoras contemporáneas más destacadas en apren-
                  dizaje escolar, Michelene Chi (2009), describe así los modos de implica-
                  ción pasiva en el aprendizaje: son aquellas situaciones en las que los alum-
                  nos están “orientados hacia” lo que hay que aprender, prestan atención y
                  se centran en las explicaciones del docente o en un documento que deben
                  estudiar. No se los ve hacer otra cosa. ¡Podemos afirmar que eso ya no
                  está nada mal! En cambio, a veces proponemos a los alumnos actividades
                  de manipulación porque pensamos: “Por lo menos prestarán atención a lo
                  que hacen, se involucrarán”. En definitiva, confundimos el hecho de poner


                                                                  © narcea, s.a. de ediciones





          1-Innovar en educacion.indd   15                                         12/11/18   13:17
   7   8   9   10   11   12   13