Page 8 - Innovar en educación
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                  enormemente en formación continua y, de hecho, esta es obligatoria para
                  los médicos. Otro modo complementario es mejorar la efectividad de la
                  formación.
                      En tales situaciones se esgrime un razonamiento que suele llevar a la
                  conclusión siguiente: para mejorar la efectividad de la formación, hay que
                  innovar pedagógicamente. Es un razonamiento que también he oído mu-
                         Muestra gratuita
                  chas veces a propósito del los informes PISA: puesto que los resultados
                  del alumnado no son buenos, la enseñanza no es buena. Por lo tanto, hay
                  que innovar pedagógicamente. Como dice una amiga mía, es como si dijé-
                  ramos al médico ineficiente: “Si su paciente tiene dolor de cabeza, hay que
                  darle una pastilla”. La innovación pedagógica sirve para ocultar tanto la
                  ausencia de diagnóstico como una reflexión muy superficial para buscar
                  solución a los problemas de la escuela.



                  NI A FAVOR NI EN CONTRA DE LA INNOVACIÓN
                  ESTA NO ES LA CUESTIÓN
                      En esta pequeña obra, trataré de confrontar algunas ideas aceptadas
                  sobre la innovación pedagógica con el estado actual del conocimiento
                  científico, partiendo principalmente, de estudios experimentales, cuando
                  estos existen. De hecho, he dado prioridad a las investigaciones en las que
                  unos alumnos aprenden bajo una condición pedagógica A (que supuesta-
                  mente es innovadora), mientras que otros alumnos, del mismo nivel esco-
                  lar, adquieren los mismos conocimientos bajo una condición pedagógica
                  B (que supuestamente no es innovadora). A continuación, se comparan
                  los resultados del aprendizaje o el esfuerzo, la motivación o el tiempo de-
                  dicado, etc., de ambos grupos.
                      Cuando se dispone de varias decenas de resultados experimentales co-
                  rrespondientes a dicha comparación, entonces se puede llevar a cabo un
                  metaanálisis, es decir, un cálculo del efecto medio: básicamente, se conta-
                  biliza el número de veces que A > B y el número de veces que A < B, se
                  tiene en cuenta la dimensión de los > y <, y se calcula la media.
                      Hay que señalar, de paso, que en ocasiones los autores de los me-
                  taanálisis se permiten recopilar todos los estudios que comparan A con
                  algo e incluyen cualquier cosa dentro de B. Así, consiguen que su metaa-
                  nálisis afirme, prácticamente, poco menos que disparates.
                      A veces, esta confrontación entre las ideas pedagógicas y el estado del
                  conocimiento científico es dolorosa. Para mí lo ha sido al redactar algu-



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