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• Siglo XX
Entre los grandes pensadores de nuestro tiempo citaremos a los humanistas
cristianos franceses: Emmanuel Mounier, Jacques Maritain y Gabriel Marcel.
El humanismo que proponen es conocido como humanismo personalista,
pues utilizan la palabra persona para referirse al ser humano. Se caracteriza
por promover la realización de la persona y la humanización de la sociedad.
Su pensamiento ha influido enormemente en la cultura del siglo XX e inicios
del siglo XXI, no sólo en el plano religioso, sino también en los ámbitos filosófico,
político y social.

Emmanuel Mounier (1905-1950)
Su vida es un ejemplo de búsqueda de un cristianismo auténtico y vivido.
Fundó la revista Esprit, que utilizaba para divulgar el pensamiento personalista.
En su entorno se aglutinó un grupo de jóvenes comprometidos en la cons-
trucción de una sociedad más justa e igualitaria.
Participó como redactor de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
promulgada por la ONU en 1948.
En los años sesenta del siglo XX, sus escritos influyeron en algunos sectores
del cristianismo español y, en la actualidad, algunos políticos de nuestro país
reconocen la influencia de la obra de Mounier en sus programas.
Es un gran defensor de la dignidad de la persona. Toda su doctrina gira en
torno al ser humano.
Hemos resumido los aspectos más importantes de su pensamiento.
— Define a la persona como un ser espiritual y corporal; dotado por Dios
de libertad; capaz de actuar de manera responsable, de reconocer y
seguir unos valores como la justicia y la igualdad, y de comprometerse
en una acción común con las demás personas.
— Exige a las personas que se comprometan en transformar la sociedad para que sea conforme a los valores del Evangelio.
— Valora el amor al prójimo, que concreta en el amor y el respeto a todos los hombres y mujeres.

El hombre, así como es espíritu, es también cuerpo. Totalmente cuerpo y totalmente El personalismo es una afirmación que
espíritu. De sus instintos más primarios, comer, reproducirse, hace delicadas el hombre hace de sí mismo contra la
artes, la cocina, el arte de amar. Pero un dolor de cabeza detiene al gran filósofo tiranía de la naturaleza, representada
y san Juan de la Cruz, en su éxtasis, vomitaba. Mis humores y mis ideas son ésta en el plano intelectual por el ma-
conformadas por el clima, la geografía, mi situación en la superficie de la Tierra, terialismo […]. Es la reafirmación que
mis herencias, y más allá por el flujo masivo de los rayos cósmicos. No hay nada la persona hace de su propia libertad
en mí que no esté mezclado con tierra y sangre. creativa contra cualquier totalitarismo
que quiera reducir el ser humano a
E. Mounier una mera célula en el organismo so-
cial, o pretenda identificarle exclusi-
vamente con su función económica
[…]. La primera condición del perso-
Para el cristiano interior es una tentación constante retirarse de los asuntos del nalismo es la descentralización del
mundo, pero aprovechándose de las victorias de los que luchan, lo que no es hombre: que él pueda darse a los de-
una posición demasiado honesta. Entonces aparece delante del espectador pro- más y estar a disposición de ellos. La
fano como aquellos asalariados que se niegan a arriesgarse a una huelga, porque persona existe sólo en una relación
ellos no hacen política, pero que, año tras año, se aprovechan de las mejoras ob- social, como un miembro del noso-
tenidas por los que hacen la huelga [...]. tros.

E. Mounier E. Mounier

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