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Gabriel Marcel (1889-1973)

Compaginó la enseñanza de la filosofía con una gran producción
literaria. Es conocido y apreciado como filósofo, poeta y drama-
turgo.
Concedía una gran importancia a su obra teatral, ya que afirmaba
que allí se reflejaba plenamente su visión del ser humano, de la
sociedad y de Dios.
Utilizaba sus obras teatrales para transmitir su mensaje humanista
a un sector mayoritario de la población que difícilmente habría leído
sus tratados y ensayos filosóficos.
Hemos resumido sus ideas más relevantes.
— Afirma que el ser humano participa del mundo material y de
la realidad divina. Esta doble participación convierte a la persona
en un enigma, un misterio, incluso para ella misma.
— Aunque la persona es un misterio, le es posible descubrir de
manera progresiva su realidad personal a través de la fe, la
oración y la fidelidad a Dios.
— La libertad del hombre y de la mujer es un valor importante y
significa que el ser humano elige ser persona y está abierto y
disponible al prójimo.
— La disponibilidad consiste en vencer el egoísmo. Si la persona
domina la actitud egoísta, el trato con los demás adquiere una
nueva dimensión, pues descubre los valores de la generosidad,
la amistad y el amor.
— Valora al ser humano por lo que es, no por lo que posee o representa.
Plantea la oposición entre la noción de ser y la de tener, idea importantísima en su obra.
— Entiende por ser la realización de todas las posibilidades de la persona; es decir, cuando el ser humano consigue su plenitud
y es valorado por lo que es y no por lo que representa.
— Tener consiste en el afán obsesivo de poseer bienes materiales. Este afán impide la plena realización del ser humano, ya que
lo convierte en esclavo del mundo material; en este caso, el hombre y la mujer son valorados por lo que poseen, aparentan o
figuran.
Marcel opina que la sociedad del siglo XX da más importancia al tener que al ser, lo que ha causado una deshumanización en
todos los ámbitos: personal, social, político, cultural...
En esta sociedad deshumanizada, quien no tiene nada pasa a no ser nadie. Frente a este dominio del tener, Marcel propone que
la persona vuelva al ser, es decir, a la existencia digna que realmente se merece. Para conseguirla, es preciso que la persona se
decida a ser generosa, ofreciendo a los demás su tiempo, sus conocimientos...

El ser concentrado en sí mismo es indisponible; con esto Todo progreso técnico debería estar equilibrado por una es-
quiero hacer ver que es incapaz de responder a las llamadas pecie de conquista interior orientada hacia un dominio cada
de su vida, y no pienso únicamente en la ayuda que podría vez mayor de sí... En el mundo de hoy se puede decir que
prestar a los desdichados. Sería incapaz de experimentar se pierde tanta más conciencia de su realidad íntima y pro-
simpatía por ellos, e incluso de imaginar su situación. Per- funda (del hombre) cuanto más dependiente es de todos los
manece cerrado en sí mismo, en la raquítica experiencia que mecanismos cuyo funcionamiento le asegura una vida material
forma a su alrededor un caparazón que no puede romper. tolerable.

G. Marcel G. Marcel

La única esperanza verdadera es aquella que se dirige hacia algo que no depende de nosotros.
G. Marcel

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