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compradas por Cleopatra, de ser cierta semejante patraña -jamás documentada- estos "esclavos" no lo serían más que los
           actuales  "empleados",  bajo  una  dictadura  económica  oculta.  O  sea  que  habría  banqueros  que  manejaban  dinero,  y
           manipularían a la población mediante los "gobernantes", como hoy en día...

               No  es creíble  tal disparate  de  un  Egipto  "financiero",  aunque  hubiese ciertas  letras de  cambio entre  el  Estado  y los
           ciudadanos, a modo de contrato y hasta compromisos privados, en ningún caso con “dinero” de por medio. Puede decirse
           que la monarquía egipcia, si bien hereditaria, distaba muchísimo de la idea de sociedad esclavista y despótica, que ni
           siquiera  llegó  a  permitir  la  imposición  de  esta  mentalidad,  tan  ardorosamente  practicada  por  nuestra  civilización.  En
           resumidas  cuentas,  la  psicoantropología,  atenida  a  factores  interdisciplinarios,  y  con  una  mentalidad  epicureísta  (en  el
           sentido de atender todas las posibilidades, sin descartar "a priori"), no dogmática, aplica en el análisis de cualquier pueblo
           la  lógica  y  el  conocimiento  integral  de  la  psicología  humana,  sin  tachar  a  los  pueblos  con  adjetivos  infundados,  sino
           deduciendo sus características de acuerdo a sus obras.

               Si los arquetipos faraónicos han sido y son tan apreciados hasta hoy, aunque sea místicamente, es porque su religión
           ha sido coherente consigo misma, benévola, justa, inteligentemente discriminante, filantrópica, inclusiva; y tan ahíta de
           conocimiento inmanente que ha debido representarse en alegorías para su tiempo como para la posteridad. Es una pena
           que la mayoría de los egiptólogos modernos no salgan de su infancia espiritual para intentar comprenderla.


           LA CONSTRUCCIÓN ESPIRITUAL

               Ocurre que mucha gente mezcla en la pirámide los tantos físicos y los psíquicos, de un modo que no corresponde. En
           algunas  sectas,  a  las  que  cualquier  cosa  poco  conocida  sirve  para  fabricar  rollos  místicos,  hablan  de  "mentalizar  la
           pirámide", a lo que dicen ser más importante que la orientación, materiales, proporciones, nivelación y demás requisitos.
           Entonces es como decir que mentalicemos la batería del coche, sin echarle agua ni ácido, haciéndola con una caja de
           zapatos... Por causa de todos esos ridículos falsos esoteristas es que recién ahora, después de tres décadas de estudios -
           y gracias a los Amigos del S.E.I.P.- me animo a escribir este Libro exponiendo incluso los aspectos esotéricos de los que
           rara vez he hablado a pesar de haber profundizado bastante, tanto en lo teórico como en lo experimental.

               Existen funciones magnéticas en las pirámides, que ayudan al oído y /o vista psíquica, a la memoria askásica (recuerdo
           de encarnaciones anteriores), a la consciencia onírica y otros desarrollos, así como a mantener la salud en el plano astral.
           Sin  embargo  es  necesario  pasar  a  la  práctica  en  otras  actividades  relacionadas,  para  aprovechar  de  este  modo  la
           pirámide.

               De lo contrario sólo ayudará a mantener la salud por mucho tiempo, alargando la vida física; lo cual no es poco, pero no
           es  todo  lo  mágico  que  la  pirámide  puede  dar  de  sí.  Cuando  digo  que  las  Pirámides  son  a  la  vez  que  aparatos  de
           Tecnología Sagrada, ello no significa que su utilidad sea una sola y determinada hacia lo exclusivamente espiritual. Si digo
           que son "plurifacéticas", polivalentes u holísticas, es porque en su diseño se tuvieron en cuenta utilidades terapéuticas,
           físicas,  astronómicas  y  didácticas  y  no  podían  semejantes  creativos  y  sabios  olvidarse de  darles  una  faceta  espiritual,
           iniciática,  para  la  que  finalmente  coadyuvan  todas  las  demás  ciencias  en  una  verdadera  Civilización  (la  nuestra  es  en
           realidad, una "barbarie organizada y tecnificada").

               En  las  construcciones  esotéricas  como  los  complejos  piramidales,  los  templos,  etc.,  los  arquitectos  no  sólo  aplican
           criterios antropométricos y utilitarios, sino también, por fuerza de las exigencias del simbolismo, alegorías estructurales y
           alegorías en plano. El pensamiento creativo supera siempre al perceptivo. Mientras éste suele quedarse (no siempre) en la
           tercera dimensión (largo, alto y ancho), el creativo tiende desarrollar la cuarta, que es una combinación de perspectivas
           entre el plano y la tridimensión.

               La Cuarta Dimensión no es algo que esté fuera de nuestra vida cotidiana, sino un nivel de conciencia que se aplica
           necesariamente en las construcciones piramidales y que muchas personas alcanzan mediante el uso de pirámides. No
           necesariamente por lograr en las pirámides un contacto con entidades de mundos espirituales ni con el plano astral, sino
           porque sus propios órganos despiertan parcial o totalmente su potencial, al ser estimulados desde lo físico, los órganos
           suprafísicos atrofiados o dormidos. En especial, la glándula pineal.

               Si  observamos  las  significaciones  arquitectónicas  de  todos  los  templos,  veremos  que  ya  sea  consciente  o
           inconscientemente,  todos  ellos  han  sido  construidos  fuera  de  las  normas  antropométricas  de  utilidad  cotidiana.  Sus
           medidas,  sus  formas,  sus  pasos  (formas  de  recorrer  sus  pasillos  y  cámaras),  están  íntimamente  relacionadas  con  el
           propósito  del  templo.  Las  corrientes  energéticas  telúricas  con  aprovechadas  de  diferente  manera,  pero  todo  tiende  a
           estimular los sentidos suprafísicos de los sacerdotes, iniciados o feligreses. Eso fue, es y será así, porque un templo no es
           la casa del hombre mundano, sino del Hombre Espiritual.
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