Page 66 - Diálogos Psicoanálisis Número 1
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Pero, ¿qué es eso que causa dolor en la gente? Realmente ¿se cuestiona esto? Y aún más importante
¿la persona conoce la causa de su dolor? ¿Cuando se manifiesta una expresión artística a partir
de este estado, se podría considerar que algo está mal?
Si esta situación la trasladamos a un momento cotidiano donde las personas hacen alusión a ―sentirse tristes‖
generalmente la pregunta que sigue es ¿qué te pasó? O ¿por qué?, si es que hay respuesta, esta puede estar
ligada a un factor externo, podríamos relacionarlo a un hecho que ha ocurrido previamente como: la muerte de
un ser querido, una desilusión amorosa, la perdida de la salud, problemas económicos, incluso hasta el haber
tenido un hijo, y a partir de esto se podrían mencionar una serie de síntomas que acompañan esta experiencia
como: el insomnio, la falta de apetito, el desgano al realizar las actividades cotidianas, etc., esto en el mejor de
los casos, de que exista una aparente causa de ese duelo, pero y ¿Cuándo la persona simplemente desconoce la
razón de su malestar? ¿cómo tratar esa afección? La aparente solución rápida, sería buscar un medicamento de
fácil acceso en la farmacia que prometa disminuir o incluso eliminar dichos síntomas y que por la mañana el
asunto este resuelto; y entonces que pasa con la melancolía? Me pregunto, si algunos de los grandes pintores,
músicos y escritores hubiesen utilizado fármacos habría sido posible que crearan esas manifestaciones
artísticas?
Fue Sigmund Freud quien publica en 1917 Duelo y Melancolía, que forma parte de los textos de Metapsicología,
destacó la importancia de establecer una comparación entre la melancolía y los estados normales de duelo.
El duelo, como lo menciona Freud, y cito, es la reacción frente a la pérdida de una persona amada de una
abstracción que haga sus veces, la patria la libertad, un ideal, trayendo así desviaciones de la conducta de la
vida cotidiana, lo califica como normal para distinguirlo de la Melancolía; el duelo será un proceso ineludible
cuando se produce una pérdida y toma un tiempo, que no puede establecerse de antemano hasta llegar al
desasimiento del objeto perdido, desde Freud se prensaría que el principio de realidad impone romper los lazos
con el objeto, sin embargo continua persistiendo psíquicamente durante mucho tiempo, porque el yo mantiene
las investiduras libidinales.
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