Page 83 - Dune
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Obedeció.
—Ahora suéltalo —dijo ella luego—. Déjalo en el agua y retira la mano.
Paul sacó su mano, se sacudió el agua de ella y miró el inerte metal en la fuente.
Jessica cortó una hoja y con el tallo movió la aguja asesina.
Estaba muerta.
Dejó caer la hoja en el agua y miró a Paul. Sus ojos estaban examinando la
estancia con una penetración que ella conocía bien… la Manera Bene Gesserit.
—Este lugar podría esconder cualquier cosa —dijo él.
—Tengo razones para creer que es seguro —dijo ella.
—Mi habitación fue supuestamente considerada segura, también. Hawat dijo…
—Era un cazador-buscador —le recordó ella—. Había alguien dentro de la casa
operándolo. La onda de control del buscador tiene un radio de acción limitado. Es
posible que fuera ocultado en el dormitorio después de la investigación de Hawat.
Pero, al mismo tiempo, pensaba también en el mensaje de la hoja: «… la traición
de un compañero fiel o de un lugarteniente». No Hawat, seguramente. Oh,
seguramente no Hawat.
—Los hombres de Hawat están registrando toda la casa, ahora —dijo Paul—. Ese
buscador estuvo a punto de matar a la vieja mujer que acudió a despertarme.
—La Shadout Mapes —dijo Jessica, recordando su encuentro al pie de la escalera
—. Tu padre te llamaba para…
—Eso puede esperar —dijo Paul—. ¿Por qué estás convencida de que este lugar
es seguro?
Jessica señaló la nota y le explicó su significado.
Paul se relajó ligeramente.
Pero Jessica siguió tensa, pensando: ¡Un cazador-buscador! ¡Madre
Misericordiosa! Tuvo que acudir a todo su adiestramiento para reprimir un temblor
histérico.
—Son los Harkonnen, por supuesto —dijo Paul tranquilamente—. Hemos de
destruirlos.
Alguien llamó a la puerta… usando el código de los hombres de Hawat.
—Adelante —dijo Paul.
La puerta se abrió, y un hombre alto vistiendo el uniforme de los Atreides con la
insignia de Hawat en la gorra entró en la estancia.
—Estáis aquí, señor —dijo—. El ama de llaves nos ha dicho que os
encontraríamos aquí —su mirada recorrió la estancia—. Hemos encontrado un
túmulo en el sótano y a un hombre escondido en él. Tenía consigo el dispositivo de
control del buscador.
—Quiero asistir a su interrogatorio —dijo Jessica.
—Lo siento, mi Dama. Hemos tenido que luchar para capturarlo. Ha muerto.
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