Page 81 - Dune
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construcción, dedujo que había sido añadida a aquella ala del edificio mucho tiempo
           después de la construcción original.
               Se  detuvo  en  el  lado  sur  de  la  habitación,  ante  la  gran  superficie  de  cristal

           filtrante, mirando a su alrededor. Cada espacio útil en la habitación estaba ocupado
           por plantas exóticas típicas de climas húmedos. Algo se movió en el verdor. Se tensó,
           luego se relajó al ver el sencillo servok automático con una manguera y un brazo de

           riego. En el brazo de riego llevaba un nebulizador, que proyectó una fina película de
           agua cerca de su mejilla. El brazo se retiró, y Jessica pudo ver la planta regada: un
           helecho arborescente.

               Había  agua  por  toda  la  habitación…  en  un  planeta  donde  el  agua  era  el  más
           precioso jugo de la vida. Tanta agua malgastada hizo que se inmovilizara, aturdida.
               Miró  hacia  afuera,  al  sol  amarillo  por  el  filtro.  Colgaba  suspendido  del  cielo,

           sobre un dentado horizonte de rocas en pico que formaban parte de la inmensa cadena
           de rocosas montañas conocidas como la Muralla Escudo.

               Cristal  filtrante,  pensó.  Transforma  un  sol  blanco  en  algo  más  suave  y  más
           familiar.  ¿Quién  ha  podido  concebir  un  lugar  así?  ¿Leto?  Seria  digno  de  él  el
           sorprenderme con un regalo así, pero no ha tenido tiempo. Y tiene problemas mucho
           más importantes en qué pensar.

               Recordó  el  informe  acerca  de  que  muchas  casas  de  Arrakeen  tenían  selladas
           puertas  y  ventanas  con  compuertas  estancas  a  fin  de  conservar  y  condensar  la

           humedad  interna.  Leto  había  dicho  que,  como  deliberada  declaración  de  poder  y
           riqueza, aquella casa ignoraba tales precauciones. Puertas y ventanas estaban selladas
           únicamente contra el omnipresente polvo.
               Pero  aquella  habitación  implicaba  un  estatus  mucho  más  significativo  que  la

           ausencia de sellos de agua en las puertas exteriores. Calculó que aquella agradable
           habitación  usaba  tanta  agua  como  la  necesaria  para  sustentar  a  mil  personal  en

           Arrakis… posiblemente más.
               Jessica se desplazó a lo largo de la pared de cristal, continuando su exploración de
           la estancia. Se desplazó hasta una superficie metálica que observó cerca de la fuente,
           una mesa sobre la cual había un bloc de notas y un estilete, parcialmente ocultos por

           una  amplia  hoja  que  colgaba  sobre  ellos.  Se  acercó  a  la  mesa,  vio  los  controles
           dejados por Hawat, y estudió el mensaje escrito en el bloc:



               A DAMA JESSICA:

                    Que este lugar os dé tanto placer como me ha dado a mí. Permitid que esta
               habitación  os  recuerde  una  lección  que  hemos  aprendido  de  los  mismos
               maestros: la proximidad de una cosa deseable hace tender a la indulgencia.

               Ahí acecha el peligro.
                                                                             Con mis mejores deseos,




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