Page 84 - Dune
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—¿No hay nada que pueda identificarlo? —preguntó.
—Todavía no hemos hallado nada, mi Dama.
—¿Era un nativo de Arrakis? —preguntó Paul.
Jessica inclinó aprobadoramente la cabeza ante lo hábil de la pregunta.
—Tiene el aspecto de un nativo —dijo el hombre—. Lo habían metido en el
túmulo hace más de un mes, según parece, para esperar nuestra llegada. Las piedras y
el mortero estaban intactos ayer, cuando inspeccionamos el lugar. Pongo mi
reputación en ello.
—Nadie pone en duda vuestra meticulosidad —dijo Jessica.
—Nadie, salvo yo mismo, mi Dama. Deberíamos haber usado sondas sónicas.
—Presumo que esto es lo que estáis haciendo ahora —dijo Paul.
—Por supuesto, señor.
—Hacedle saber a mi padre que llegaré con retraso.
—Inmediatamente, señor. —Miró a Jessica—. Las órdenes de Hawat son de que
bajo tales circunstancias el joven amo sea mantenido en lugar seguro. —Sus ojos
escrutaron de nuevo la estancia—. ¿Lo es este lugar?
—Tengo razones para creer que es seguro —dijo ella—. Tanto Hawat como yo lo
inspeccionamos a fondo.
—Entonces montaré guardia en el exterior, mi Dama, hasta que hayamos
inspeccionado toda la casa una vez más.
—Se inclinó, tocó su gorra en un saludo a Paul, dio media vuelta y cerró la puerta
tras él.
Paul rompió el repentino silencio.
—¿No sería mejor inspeccionar más tarde nosotros mismos la casa? Tus ojos
podrían captar cosas que los demás hayan ignorado.
—Esta ala era el único lugar que yo no había examinado aún —dijo ella—. La
había dejado para el final porque…
—Porque Hawat se había ocupado personalmente de ella —dijo Paul.
Ella le dirigió una rápida e interrogativa mirada.
—¿Acaso desconfías de Hawat? —preguntó.
—No, pero se está haciendo viejo… y está agobiado de trabajo. Deberíamos
descargarlo de algunas de sus obligaciones.
—Esto le avergonzaría y reduciría su eficacia —dijo ella—. Después de lo
ocurrido, ni siquiera un insecto podrá insinuarse en esta ala sin que él lo sepa
inmediatamente. Sentirá vergüenza de…
—Tenemos que tomar nuestras propias medidas —dijo Paul.
—Hawat ha servido a tres generaciones de Atreides con honor —dijo ella—.
Merece todo el respeto y la confianza de nuestra parte… mucho respeto y mucha
confianza, y por mucho tiempo.
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