Page 11 - La Pluma, y el Papel Femenino
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disfrute ni con la capacidad de rendimiento sexual en un hombre. Pero, claro, lo visual es un
elemento importante y, por lo mismo, la tendencia a compararse desde este punto de vista,
constituye una tendencia. También es visual el que tengan sus órganos sexuales a la vista y
puedan estar en contacto con ellos en forma permanente; asimismo es visual el hecho de
que la excitación produce la erección y éste es un hecho visual absolutamente registrable,
que determina al punto de poder ver que él está excitado. La eyaculación —aunque ésta no
necesariamente equivale en todos los casos al orgasmo masculino— al término del acto
sexual es un reporte visual de fin de acto y esta visualización permite evaluar que el acto
sexual ha terminado. Esta diferencia entre hombres y mujeres ha llevado incluso a errores
de aprendizaje cultural a través de los que se legitima el hecho de que la mujer base su
felicidad en "externalizaciones" o en factores externos, ajenos a ella misma. Si bien hoy en
día se habla con toda naturalidad de la masturbación, este tema se aborda así
principalmente en relación a los hombres, mucho más que en relación a las mujeres, a
pesar de reconocerse como un fenómeno perfectamente posible de producirse en ambos
sexos sin mayores diferencias. Culturalmente, como anotaba a principio de párrafo,
pareciera ser que el cuerpo del hombre está mejor determinado para que pueda ser
disfrutado por él mismo; en cambio, el cuerpo de una mujer estaría entrenado para ser
disfrutado por otro. Esto genera un montón de situaciones o daños afectivos, pues siempre
se está culpando a "otro" de los problemas o de las infidelidades femeninas. Esta tendencia
del hombre a entrenar y disfrutar de su propio cuerpo vs la tendencia de la mujer a esperar
a que llegue otro a despertar ese amor o ese deseo sexual nos aproxima al siguiente
capítulo en el que veremos cómo los cuentos de hadas han influido y marcado fuertemente
en la tendencia femenina de poner fuera de sí las motivaciones afectivas. Estos cuentos nos
han enseñado a suponer que nuestra felicidad depende de otros.
Capítulo IV Desequilibrio y Armonía: CARACTERÍSTICAS
DE LAS NUEVAS GENERACIONES DE ADOLESCENTES.
Si bien la ley que más tiende a aplicar el ser humano es la del menor esfuerzo, es asunto de
mayor importancia el que esta ley rige con propiedad y esplendor a las nuevas
generaciones, y todo esto gracias al gobierno, como dije, de la impaciencia. A esto es fácil
sumar una más escasa tolerancia a la frustración, el creer que la felicidad viene dada por
criterios externos, niños y adolescentes que no saben aburrirse, a los que hay que
entretener como si eso fuera un deber adulto. A la impaciencia le hace el peso la flojera o la
lata que también los gobierna desde que amanece hasta que se acuestan. No quieren
esperar, lo quieren todo y de inmediato, se aburren pronto y necesitan cambiar rápido de
objetivo porque de otra manera no les interesa seguir esforzándose. A esto hay que agregar
que los padres nos sentimos culpables de no estar todo el tiempo que quisiéramos o que
deberíamos con ellos, por lo que los gratificamos en demasía. Les estamos haciendo la vida
demasiado fácil y, por si fuera poco, el sistema social no nos ayuda en nada, todo es veloz,
fácil y aparentemente los mejores resultados se obtienen sin esfuerzo, no hay para qué
esperar si por una cómoda cuota puedo obtener el producto que quiero, en Google puedo
obtener la información que necesito. Por lo que he dicho hasta aquí y por todo lo que rodea
a esta generación, la he llamado GENERACIÓN ON-OFF: todo lo prenden y todo lo apagan