Page 118 - Libros de Caballerías 1879
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AMADÍS DE GAULA


        teza, con ella desmayado fué, cayendo las lágrimas
        por sus mejillas sin las sentir.
          Embarcados en la nave de  la Doncella se trasla-
        daron a la Gran Bretaña, sin que nadie de a bordo
        hubiera sospechado quién pudiera ser aquel Beltene-
        brós. Después de reponer su salud durante algún
        tiempo en un lugar retirado,  el caballero adquirió
        armas y caballo, tomó un escudero  y fué a visitar
        a su señora en su  castillo de Miraflores, dejando
        sembrado su camino de las más gloriosas hazañas,
        que llevaban por todas partes la fama del nuevo ca-
        ballero Bell enebros, tanto que todo  el mundo decía
        que,  desaparecido  Amadís,  no  había  en  el  orbe
        quien pudiera igualarse con  él.
          Guardó rigurosamente  el incógnito hasta que en
        una descomunal  batalla que tuvo Lisuarte con  el
        rey Cildadán de Irlanda, al ver que flaqueaban los
        ingleses, Beltenebros, que venía realizando magnífi-
        cos hechos de armas, se metió por medio de todos
        gritando :
          — ¡Gaula, Gaula, que yo soy Amadís!
           Y con su esfuerzo libertó al rey Lisuarte, que ya
        había caído en poder de  los enemigos.

                      CAPITULO SEXTO
                    EL CASTILLO DE ARCALAUS

          Con ello creció hasta el extremo la fama e influen-
        cia de Amadís en la corte del rey Lisuarte,  el cual

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